domingo, 3 de agosto de 2014

Capítulo 34

A la mañana siguiente me levanto a las dos de la tarde, con las voces de muchas personas amortiguadas por las paredes de fuerte hormigón. Me visto como siempre: camiseta ancha de manga larga y pantalones vaqueros. Tengo un sabor amargo en la boca, como el que una tiene cuando se acuesta llorando, que es lo que me ha pasado.
Todo esto es una sobreexplotación de sentimientos que no sé cómo controlar, Elena se ha hecho más fuerte ahora y solo falta un día: un puñetero día para que todo esto suceda.
Cuando me termino de peinar, salgo al salón haciendo que las voces se apaguen de repente y los ojos de los presentes solamente se fijen en mí.
-Oh, por favor continuad, es lo que siempre hacéis.-les digo con voz llena de veneno. Ahora estoy cabreada y no sé por qué. Todos me miran como si estuviese loca y eso no se lo discuto.
-¿Te lo pasaste bien ayer?-me pregunta Luke, pasando de estar asombrado a tremendamente arrogante
Apoya su brazo en el respaldo del sofá detrás de él y su ceja derecha se levanta levemente.
Abro el frigorífico como quien no quiere la cosa y saco una botella de leche y, cuando echo su contenido sobre un vaso, levanto la mirada y lo miro con desprecio.
-No más que todos vosotros, que se supone que debíais estar buscando a Elena, pero estabais aquí comiendo comida china.
-¿Estás insinuando algo?-pregunta Caden con aire de ofendido. Su mano pasa a estar sobre su pecho y sus cejas se arquean hacia arriba.
Niego con la cabeza y rizos de mi cabello caen sobre mis ojos.
-No lo insinúo. Lo digo-me encojo de hombros-. ¿Qué más da que Elena haya hecho un ritual para ser más poderosa? ¿Qué más da que ayer una sombra me atacase? ¿Qué más da nada, si ya sabemos que nos van a derrotar?
Aubery se pone en pie.
-Alto, fiera, ¿qué has dicho de qué hechizo?
-¿Y cómo que te atacó una sombra y no lo sabíamos?-pregunta también su novio, pero este se queda sentado con su cuerpo medio girado para verme la cara.
Sonrío.
-Con que ahora os preocupáis por mí. Bien…-les cuento todo lo que sucedió ayer, pasando por alto en dónde estaba cuando la sombra me atacó, pero sí relatando a la perfección lo que me dijo-.Y eso es todo, ahora ya podéis poneros de los nervios como siempre, yo me voy a dormir.
-¿Dormir? Son las dos de la tarde, tú te vas a entrenar.-Luke se pone en pie de un salto y se interpone entre la puerta del pasillo y yo. Sus manos intentan tocarme, pero me aparto con rapidez.
-No, ahora voy a entrenarme a mi manera. Necesito estar descansada para poder echar fuego y matar a las sombras.-digo con aire de superioridad.
Luke parece echar humo por las orejas.
-Oh, no.-Caden se pone en pie-.Otra vez no…
-¿Qué mierda pasa contigo? Desapareces así por así de la noche a la mañana y llegas a las tantas de la noche, te despiertas tarde y ni siquiera nos dices que has estado a punto de morir. ¿ESTAS LOCA?-su voz se calma un poco cuando me dice-: Cali, tienes que confiar en nosotros, sino nada de esto va a funcionar ahora en adelante.
-¿Adelante?-mi voz suena hueca y mi risa es amarga-.Ya no hay más adelante, Elena ha ganado y las sombras también. Se las ingeniarán para involucrarme, que es lo que siempre hacen los malos y vosotros tendréis el primer pase para ser destruidos. Lo mejor es que os marchéis ahora.
Luke suelta un suspiro y me agarra de la mano con tal fuerza que no soy capaz de soltarme de él. Me arrastra por medio del pasillo hasta su habitación, que es la siguiente a la mía y una vez allí cierra la puerta con cerrojo con su mano libre y cuando termina, me empotra contra ella para estar entre él y el pomo que tanto daño me hace a la espalda.
Luke levanta el dedo y me señala con él, su otra mano no afloja el agarre de mi muñeca. Creo que se está volviendo lila.
-Tú...-me dice con voz calmada. Sus ojos están que arden en llamaradas azules, creo que de rabia. Por un momento tengo ganas de gritarle, pero otra parte de mí está tan asustada por todo lo que me está pasando que le encantaría vivir el día que le queda entre sus brazos, aunque sea una sensación muy pequeña-.Debería gritarte, decirte que eres una estúpida, imprudente y malcriada que solamente piensa en sí misma y no confía en sus amigos; una chica dispuesta a morir por los demás aunque esté tan cabreada que prácticamente no sabe qué sentir… pero no puedo ¿vale? No puedo gritarte y no puedo dejarte y ver como mueres.
Su voz se ahoga y creo que de sus ojos salen lágrimas. ¿O son de los míos? Porque empiezo a ver borroso y su cara se ve difuminada.
-¿Sabes por qué?-me pregunta Luke, siguiendo con su discurso-.Porque te quiero, me haces tener dolores de cabeza que no sabía que existían, no sabía lo que sentía por ti hasta que no te vi y pensé que te habías ido para siempre… para siempre. Te quiero. No me importa que estés enfadada conmigo, porque que sientas eso significa que aún estás aquí y que tus ideas suicidas no han acabado contigo.
No digo nada simplemente porque no sé qué decir, Luke es el único que es capaz de derribar todos los muros que tengo a mí alrededor con unas simples palabras que harían tener a cualquiera, ganas de matarlo. Intento hablar, pero de mi boca no sale ningún sonido más que un gemido: sigo llorando. Luke se aparta con la expresión de quien le han pegado un bofetón, él se esperaba que dijera algo como que yo también lo quiero, pero no lo sé, no puedo permitirme hacerle esto cuando le hice prometer a Sam que mañana tendría que matarme si nada de esto salía bien.
Mi mente va por detrás que mis articulaciones. Luke está en la mitad de su cuarto, que está organizado de la misma forma que el mío, salvo porque él tiene pósteres en las paredes y una guitarra en la esquina izquierda, al lado de la ventana. Me acero a él casi corriendo y alargo los brazos para agarrarme a su camisa y darme el impulso que necesito y alcanzar sus labios entre todo este mar de confusión. Sus labios me reciben, suaves y cálidos como la última vez que ellos me besaron a mí, pero no es suavidad lo que yo busco ahora mismo. Las manos de Luke no pasan por mi pelo, sino que se agarran a mi cintura con dureza y me acercan a él todo el espacio que nos quedaba. No puedo decirle que le quiero, porque eso no lo sé, pero sé que siento algo por él que nunca antes había sentido por alguien.

Mis pasos suenan sobre las hojas mojadas, la nieve acaba de derretirse esta misma mañana y el sitio está más que resbaladizo en esta zona. Agarro de la mano a Aubery mientras nos encaminamos a la fosa de la ciudad, según Aubery este es el lugar en el que antiguamente quemaban a las brujas de la ciudad.
-Este debe ser el lugar ¿no?-la voz de Aubery parece buscar algo, como si de verdad estuviese desesperada-.Según lo que el espíritu le dijo a Cali, es “donde empezó todo”. Aquí fue en donde murieron ¿y si este lugar sirviera de reliquia para el hechizo? En nuestros hechizos siempre necesitamos algo de esas personas a las que queremos hechizar. Aquí seguramente estén sus rabias por morir, eso es lo que les hizo volver en un sentido y les hará volver mañana.
Todo lo que ella dice tiene sentido, aunque esté a punto de perder los estribos, seguramente porque Cali no parecía muy amable hace media hora, cuando desapareció con Luke. Después de eso Caden nos mandó a todos fuera de la casa, a buscar a Elena, que ahora parece ser mucho más poderosa de lo que ya era antes.
Mis manos se ponen en los hombros de Aubery y le ejerzo presión sobre ellos, para intentar calmarla lo máximo posible.
-¿Y si te calmas? Buscaremos tranquilamente, Caden y Connor están en el bosque, nosotros encontraremos…lo que sea que estemos buscando.
Aubery sonríe, pero es solo un momento, antes de revolverse y mirarme fijamente. Sus ojos están cristalinos, como si tuviese ganas de llorar, no la culpo. Sus labios se abren levemente.
-¿Crees que lo conseguiremos? Los espíritus son muy poderosos.
-Claro que sí.-le agarro la barbilla suavemente-.Nosotros tenemos a un escuadrón de cazadores, dos brujas y tres hombres lobo… y a Connor.
Eso parece hacerla sonreír. No me privo del mero hecho de no besarla, porque ya me moría de ganas por hacerlo. Sus labios al principio se quedan quietos, pero después se relajan y sus manos pasan a estar sobre mis hombros.
-Será mejor que busquemos.-digo entre beso y beso.
-Sí…
Me separo de ella, pero mis manos están sobre las de ella, ni en un momento he tenido el pensamiento de soltarla.
El lugar parece más que desierto y abandonado, con una “casa” o lo que quiera ser eso en la parte izquierda. Todo está rodeado por una verja metálica y a ambos lados de nosotros hay montones y montones de basura, ahora creo que esto se utiliza como un pequeño basurero. Lo ilógico es que no huele a mierda, sino que no huele a nada. Nos adentramos por medio de la chatarra de nuestra derecha. Aubery me suelta la mano para agacharse y tocar algo negro que hay en el suelo, parece gasolina seca.
-Sangre…-dice Aubery. Cuando lo dice agudizo mi olfato, es verdad que aquí apesta a sangre, es como estar en un matadero-.Es sangre de buja, lo sé por este color negro que solamente poseen algunos, por una herida o por envenenamiento…
Se levanta de un salto y corre hacia delante. La sigo inmediatamente y no me es difícil alcanzarla. Cuando me transformé en hombre lobo estaba siempre enfadado, ya fuera conmigo mismo o con los demás, siempre encontraba algún motivo para romper cosas y tirarlas por la ventana cargándome el cristal. Mis padres pensaron que era la fase rebelde de ser adolescente, porque ellos no saben que soy mitad lobo: y nunca lo sabrán.
-¡Mira esto!-Aubery señala al suelo, en donde hay mucha más sangre negra y un cuchillo con empuñadura de metal-.Aquí es donde se hizo el primer hechizo… y ahí están los hechizos.
Hay un papel debajo del cuchillo, con letras extrañas y símbolos más que raros.
-¿Qué significa?-pregunto señalando las palabras que hay escritas con tinta negra.
-Es el idioma de los brujos, mi madre me hizo aprendérmelo cuando tenía cuatro años, pero se me está pasando un poco.-se lo guarda en el bolsillo del abrigo y mira a todos lados-.Tenemos que irnos a casa ahora, Elena no habrá olvidado esto por casualidad, estará preparando todo esto para mañana.
Me empuja con ambas manos y juntos, salimos de nuevo de la fosa y, a medida que lo hacemos, siento que la sensación de frío y de muerte me acecha por las espaldas.

-¿Para qué vamos a venir aquí si ya están de nuestro lado?-Connor vuelve a ponerse pesado con el tema de que yo quiera venir a hablar con los cazadores. sus ojos se salen prácticamente de sus órbitas y sus manos no paran de darme golpecitos sobre mi brazo. Connor me cae bien, pero se pone pesado muchísimas veces.
-No personalmente.
Es lo último que decimos antes de que la puerta se abra y el señor Smith, con expresión de cabreo, nos reciba como si nada. Puedo oler a alcohol en él, y a metal: lleva cuchillos y dagas encima. Su expresión interrogante es más que suficiente para decirme que no nos esperaba, sobre todo a mí.
-¿El señorito Hamilton en persona? Siempre pensé que uno de los dos vendría a pedir clemencia por algo, pero no tú Caden, no tú.
-Ya, dejemos atrás la lista de accidentes que mi hermano ha causado en el pasado.-señalo con una mano dentro de la casa-. ¿Podría permitirme pasar… a los dos?
Connor alza la mano en forma de saludo y una sonrisa se dibuja sobre su rostro, pero la borra cuando el señor Smith lo mira con expresión de pocos amigos.
-Sabes que voy cargado hasta el tope además de tener un arsenal de armas en mi sótano, dame una razón de imprudencia y todas irán en contra de los dos.
-Yo solo quería ir a por comida-se queja Connor cuando pasa al interior de la casa.
Nos quedamos de pie en la entrada, con un espejo a mi derecha que refleja mi figura nada cómoda y segura como aparento estar más de una vez. Me cruzo de brazos y obligo a mi cara volverse más dura.
-¿Y a qué se debe vuestra visita?-el señor Smith abre sus brazos y su sonrisa se vuelve amarga, no me parece el mismo que vi el otro día obligando a sus amigos a no matar a Cali.
-Quiero que se unan a nosotros.-le digo.
-¿Acaso no lo estamos ya?
Carraspeo nervioso.
-No en esto (que es lo principal ahora) sino para siempre, no quiero seguir teniendo disputas entre nuestras especies, aunque creamos que somos amigos, somos de los que nos apuñalamos por la espalda-me pongo más nervioso aún y cambio mi postura y apoyarme en el otro pie-. Luchad con nosotros y prometo ser vuestro aliado.
-¿Contra qué?-el señor Smith ahora parece sorprendido, aunque no quiera admitirlo.
-Contra los peligros de verdad, no con perseguir a hombres lobo que se muerden unos a otros ni con vampiros que matan a personas sin querer por tener más hambre de lo habitual…no. Cosas como estas, como las que están a punto de suceder.
Esta idea me parecía mejor en mi mente, ya que ahí las palabras no están tan desordenadas como las he colocado hace un momento. Incluso Connor, que ya sabía a qué venía, se queda con la boca abierta.
-¿Pretende ser nuestro aliado, Hamilton?-pregunta el señor Smith.
-Pretendo ser vuestro amigo, ayudaros en las misiones que tengáis de alto peligro y demostrar que no somos nosotros los animales aquí.
El señor Smith se pone la mano bajo la barbilla y parece pensárselo un momento. Miro a Connor de reojo que se está mordiendo las uñas más que incómodo.
-Tienes que estar muy loco para venir aquí y pedirme esto, muchacho-me dice medio sonriendo-. Pero… está bien.

Connor suelta un grito de triunfo y se calla cuando el señor Smith y yo mismo le lanzamos una mirada de reproche. Cuando mi mano se cierra alrededor de la de mi nuevo aliado, la sensación de frío y de soledad ya me abandonan, como si esto fuese lo primero que debería haber hecho desde hace mucho tiempo. 



PD: Siento mucho la tardanza. Y espero que estéis disfrutando los capítulos porque pronto llegará al final.