jueves, 27 de febrero de 2014

Prólogo

Hace diez años…
-¿Crees que nos cogerán?
Anissa  no paraba de mirar a la pequeña niña que tenía en la parte trasera del coche; sus ojos negros estaban cerrados por el sueño, sus pequeños rizos pelirrojos le caían sobre la frente revoltosos y su dedo estaba en su boca. Adam no paraba de mirar al frente; a la carretera. Sus ojos azules estaban inquietos, asustados. Anissa sabía que los iban a coger, pero rezaba por ellos dos.
Desde hace mucho tiempo la ciudad de Ravensfox, había sido presente de los numerosos ataques que se habían producido, hacía millones de años que no se producían hasta que ella llegó, Calina era demasiado especial para que la cogieran.
-No lo sé.-Adam miró a Anissa para volver su mirada a la carretera encharcada por la lluvia. Si esto seguía así se chocarían contra algún árbol, animal u otro coche.
Anissa tragó saliva. Una extraña sensación le recorría la espina dorsal: se estaban acercando y eso no era nada bueno. Agarró la mano Adam y la apretó.
-Ya es tarde.-le dijo en un susurro, las lágrimas le caían por las mejillas-.Están aquí, ya nos han encontrado.
-Quizás si piso más el acelerador…-propuso este, pero él sabía también que no se iban a librar de sus perseguidores.
Las sombras. Numerosas sombras aparecieron delante de ellos como un muro, pero lo atravesaron con facilidad. En un descuido, el volante giró por sí solo y se fue hacia la derecha para acabar desbordándose y chocarse contra un árbol.
Calina Berry era huérfana a partir de ese momento. 

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