sábado, 3 de mayo de 2014

Capítulo 24

-Algo tendría que pasarme.-me digo después de un rato. Estoy en el baño recién duchada y peinada. Aún tengo el pelo mojado y mi cuerpo lo cubre una toalla blanca de algodón.
Ha podido pasar una hora desde que me desperté de mi desmayo y media desde que les grité a todos que se marcharan. Después llamé a Chris y no le conté nada, ya está lo suficientemente preocupado por mí y por no poder pasar la navidad juntos, no quiero hacer que le dé un ataque al corazón. Tampoco le he dicho que Elena ha sido la culpable de todas estas atrocidades que nos están pasando, que ella fue la que invocó a las sombras.
Salgo del baño y me pongo una camiseta de manga cortas y unos pantalones vaqueros. Tengo mucho calor, como si hubiesen encendido en mí un horno. Me estoy asando.
Dejo la toalla en el suelo y me tumbo en la cama, a pesar de haberme desmayado y haber estado inconsciente como dos horas, sigo teniendo sueño. Cierro los ojos y espero a que el sueño llegue por sí solo.
Ahora estoy en el bosque. Estoy vestida de nuevo con un vestido blanco, como un camisón, y no tengo nada de frío a pesar de que sople el viento. Es como si no estuviese aquí, a pesar de notar las ramas secas bajo mis pies completamente desnudos.
Escucho unas risas, no son las de las sombras. Me escondo detrás de un árbol justo cuando una muchacha aparece agarrada de la mano de un muchacho. Ella es guapa, muy guapa. Tiene el pelo pelirrojo claro atado en dos trenzas y unos ojos negros muy oscuros, con la piel pálida y unos labios rosados. Su vestido deja ver que va descalza.
Él, por otro lado es alto y delgado, demasiado. Sus ojos son azules y su pelo negro. Va vestido con una camiseta marrón y unos pantalones igual de un material muy hecho polvo.
-¿Crees que lo sabrán?-le pregunta el muchacho a la chica. Él la agarra por la cintura y hace que retroceda hasta que se coloca entre él y el árbol de detrás. Me parece que estoy viendo una escena que no debería; me siento incómoda.
-¿Saberlo? No, ¿sospechar algo? Puede, pero no creo que sepan que estoy enamorada del hijo del herrero con el que siempre estoy peleando.
El chico sonríe de lado dejando ver unos dientes completamente blancos en contraste con su piel manchada de polvo.
-Dilo otra vez.
-Estoy enamorada de ti.-la muchacha coloca sus brazos alrededor del cuello del chico y se pone de puntillas para besarle.
Se besan durante muchos minutos y después, como si nada, dejan de hacerlo para empezar a mirar a todos los lados.
-¿Crees que nos han seguido?-los ojos de la chica expresan terror, como si supiese que es cierto.
Escucho un ruido detrás de mí y aparecen tres muchachas más. Una de ellas es rubia y con los ojos azules. Es alta y delgada y va vestida con un traje azul. Es la primera en hablar.
-Por supuesto. ¿A quién se le ocurre venir a nuestro escondite?
La muchacha de pelo castaño posada a su derecha sonríe y levanta una mano. Sus ojos son verdes y su pelo rizado descansa en dos moños a ambos lados. De sus manos salen brillitos verdes al igual que sus ojos y después escucho un gemido.
Por suerte nadie me ve, es como si yo fuese un fantasma y los demás mirasen por encima de mi hombro. No soy nada en estos momentos, salvo una intrusa.
Miro detrás de mí, en donde el muchacho de ojos azules está enredado alrededor del árbol por una raíz verde mega gigantesca. La chica pelirroja grita.
-¿Qué estáis haciendo? ¡Soltadlo!
-¿Soltarlo sin saber que lo contará por ahí? No querida, ya ha sido suficiente con que nos hayas mentido y le hayas contado la verdad. No quiero vernos en la hoguera esta noche ¿sabes?-la chica de pelo rubio inclina la cabeza hacia la derecha y se cruza de brazos.
Me quedo sin aire al igual que el muchacho, cuyo cuello ha sido atrapado por la raíz. La chica pelirroja intenta quitárselas, como no es capaz extiende su mano y en un abrir y cerrar de ojos la raíz desaparece después de ser quemada.
-¿Y qué que lo sepa la gente? Nosotras les ayudamos, por eso fuimos elegidas para poseer estos poderes.
La chica del pelo negro entrecierra los ojos.
-Ya los has visto, queman a la gente sin saber.
El muchacho cae de rodillas al suelo y extiende su mano.
-Os juro que no he dicho nada y así lo haré.-hace una pausa para tomar aire-.Yo…yo soy como vosotras.
-¿Ah, sí?-la chicha rubia arquea una ceja-. ¿Y qué poder es el tuyo?
El muchacho la mira a los ojos.
-El éter.

Me despierto enseguida. Eso no era un sueño, sino un recuerdo, y puede que sea de las sombras. Ellas tienen una capacidad de meterse en mi mente sin que yo lo sepa, como si no me dejasen dormir.
Pongo los pies en el suelo al tiempo que escucho unas voces ahogadas en el salón. Después escucho un estruendo y unas voces más grandes. Me pongo de pie sin importarme qué aspecto tengo y salgo de mi habitación tirando la puerta ya rota al suelo. Las voces se quedan calladas.
En el salón hay menos personas de las que me esperaba pero más de las que nunca habría previsto. En el centro del salón están Eric y Sam, y me sorprende verlos con ropa normalita de calle en vez de esos trajes que ellos gastan de “pijos”. Luke y Caden están detrás de la barra de la cocina. El hermano mayor parece contener al pequeño.
Es gracioso porque a pesar de ser idénticos en aspecto, son muy distintos en el interior. Uno más valiente que el otro, otro más inteligente que el otro…
-Con que este era el secreto que estabais escondiendo.-Sam me señala con el dedo y una sonrisa dibujada en su rostro-.La pequeña Cali está aquí, seguramente ella pueda contarnos qué a pasado esta mañana en el bosque ¿verdad?
Me quedo clavada en el suelo y miro a Eric cuyos ojos parecen estar llenos de chispas. Cuando lo miro no puedo dejar de pensar que él es un vampiro. Espera, si lo es ¿cómo que no se está achicharrando al sol? Ahora que me doy cuenta él está al sol todos los días.
-¿Qué ha pasado Cali?-me pregunta él.
Miro a Luke que niega con la cabeza. Cuando me doy cuenta de lo que sucede, Eric ha avanzado toda la distancia que había entre nosotros y me agarra del brazo, pero se echa hacia atrás soltando un grito y con su mano echando humo. Por un momento me ha gustado estar nerviosa por su cercanía, he querido quemarlo yo misma, como si no se me hubiese salido del control que tenía.
-¿Qué ha sido eso?-Sam se acerca corriendo a su novio y le extiende la mano que ya está medio curada.
Me cruzo de brazos.
-¿Qué hacéis aquí?
Sam levanta la cabeza.
-Veníamos a poner apunto las normas que hay entre cazadores y personas sobrenaturales, ¿verdad Luke?-se gira en redondo hacia él y se cruza de brazos-.Ahora es cuando te toca inventarte una excusa para decir qué hacías ahí en esos momentos.
-Corría solo y se me olvidó que había límites.-Luke sonríe y su hermano deja de agarrarle el brazo-.Aunque puedes acompañarme cuando quieras.
Eric suelta una bufido y me mira.
-¿Solo? Según nos han dicho había una muchacha de unos once años contigo.
-¡No tengo once años!-grito, aunque me tapo la boca después de ver el error que he cometido-.De todas maneras ¿qué te importa? Tú no eres un cazador, ¿cómo consigues estar en la luz del sol?
Sam se acerca un poco a mí.
-No, él no es un cazador, pero yo sí.
Eric extiende su mano y me señala un anillo azul que tiene en el dedo.
-Esto es por lo que puedo andar durante el sol. ¡Así que ándate con cuidado Hamilton!-mira a Luke y se ríe.
-Alto, alto, alto… Rebobina. ¿Eres una cazadora?-miro a Sam a los ojos todavía sin creérmelo.
Ésta se encoge de hombros.
-¿Tú me dijiste que eras una bruja? Además de las poderosas.
Caden rodea la barra y se cruza de brazos.
-¿Qué sabéis de eso?
-Que Cali vaya por ahí creando fuego no es algo que pase desapercibido.-Sam lo mira cansada-.Ahora bien, ¿qué hacíais vosotros allí? Además de casi matar a los de los nuestros.
-Ya te lo he dicho: correr.-Luke clava el cuchillo que tenía en la mano sobre la balda de madera al lado de su otra mano-. ¿Es que nadie me cree?
Lo ignoro al igual que todos, ya he dicho que hablar con Luke es como darte de golpes contra una pared.
-Estábamos corriendo cuando unas balas nos alcanzaron, solo tratábamos de sobrevivir.
Eric vuelve a soltar un bufido.
-Hamilton debería saber que hay límites.
-Lo sé, pero nunca atiendo a esas bobadas.-hace un gesto de asco-.No me llames así.
Eric sonríe.
-Es cierto, no te gusta tú apellido por tu papá. ¿Qué ha pasado para que estéis tan separados?
Como si hubiesen encendido algo de Luke, este salta por encima de la barra y se dirige a toda velocidad hacia su objetivo: Eric. Éste cae al suelo debajo del peso de Luke, que lo agarra por el cuello y empieza a darle golpes con el puño. Todos los demás nos acercamos a ellos para separarlos mientras Eric hace un giro y se pone encima de Luke para darle un puño en la nariz. Hay algo raro en sus ojos, al igual que su boca, le han salido los colmillos y sus ojos se han vuelto violetas claros.
Me echo hacia atrás atraída por el miedo que me da, al igual que cuando vi a Caden transformarse en mitad-lobo. Sam y Caden se acercan a ellos y los separan, cada uno cogiendo a sus respectivos. Los dos echan sangre por la nariz.
-Creo que ha quedado claro que ha sido un error que no se volverá a ocurrir.-dice Caden en esos momentos-.Ahora tengo que pediros que salgáis de mi casa. Ya.
Sam y Eric salen de la puerta con toda la dignidad que pueden mientras gotas de sangre van detrás de ellos. Cuando la puerta se cierra, sigo con la espalda clavada en la pared mientras Luke pone cara de dolor al tocarse a nariz que ha adquirido un color morado.
Caden se acerca a él para tocarlo o preguntarle cómo está pero su hermano pequeño le aparta la mano de un codazo y sale escopeteado de casa cerrando la puerta de un portazo que hasta a mí me queda sin aire.

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