lunes, 5 de mayo de 2014

Capítulo 25

-Esto cada vez se pone más chungo.-Caden pone su cabeza entre sus manos y suspira pesadamente. Estamos sentados en el sofá, cada uno en una esquina-.Los espíritus, desde que ellas vinieron han puesto Ravensfox patas arriba.
-Ya, dímelo a mí.
Caden levanta su cabeza y me mira de nuevo.
-Yo, lo siento mucho…
Hago un gesto con la mano para quitarle importancia.
-Bah, da igual. Gracias a esto sé que no soy la única que tiene “problemas”.-me quedo callada un momento-. ¿A qué se refería Eric antes de que Luke saltara a por él?
Lo siento pero no soy nada discreta. Ahora me ha picado la curiosidad, todo el mundo sabe cosas de mí pero yo no sé nada de ellos, salvo que son seres sobrenaturales y todo ese rollo… Quiero alejarme de todo ahora mismo, durante al menos una hora.
-¿A lo de nuestro padre? Mi hermano no está muy orgulloso de lo que él hace, nada más que es eso. Hace como dos semanas vino pidiéndome si se podía quedar a vivir conmigo y acepté, no le pregunté nada hasta que mi padre no vino con una pala en la mano diciendo que dónde estaba el monstruo.-los ojos de Caden no me miran, solamente buscan un punto luminoso para que las lágrimas no salgan. Ese truco lo utilizo mucho yo también.
>>Mi padre se enteró de lo que era mi hermano y quería matarlo, de alguna manera. No sé cómo se enteró pero fue así de espontáneo, supongo que desde que murió nuestra madre mi hermano ha intentado ser más fuerte adoptando un aire de suspicacia. Ella era una mujer lobo, de ahí nosotros dos. No somos los típicos que se convierten gracias a una mordedura, no.
>>Cuando mi padre intentó pasar me tuve que ver entre él y mi hermano y como lo iba a tratar decidí que el bando de mi hermano era el más correcto. Le dije que como se acercara a nosotros me vería obligado a arrancarle la cabeza o a transformarlo, si tan horrible le parecía. Y ahora parece que no tuviese hijos.
Me quedo callada ¿qué puedo decir? Esto es mucho peor de lo que me imaginaba. Ahora sé por qué Luke intenta parecer un chico al que todo le da igual, y me siento estúpida por pensar que es idiota y arrogante.
Caden se pone en pie y se pone la chaqueta de cuero negra que tiene colgada del perchero. Coge sus llaves y se cantea para mirarme antes de abrir la puerta.
-Voy a trabajar, tú intenta que mi hermano no haga nada de lo que pueda arrepentirse ¿de acuerdo?
-¿Yo? Pero si no sé dónde está.
Caden señala el techo.
-Arriba hay como una azotea, siempre va allí para calmarse. Él cree que no lo sé pero seamos razonables…
Caden sale de casa; él con más calma que su hermano.
Miro el reloj, no son más que las cuatro y diez, me quedan cincuenta minutos antes de que dentro de mí explote la bomba y les cuente todo lo que sé: que falta un elemento de la naturaleza, el éter.
Tengo hambre, será mejor que me valla a preparar la comida. Abro la puerta del frigorífico y ahí solamente hay leche y tomates ¿qué narices voy a hacer yo con eso solo? Vaya asco, me muero de hambre. Suelto un suspiro y me pongo unas zapatillas y la chaqueta para no coger frío. Salgo de casa yo también y empiezo a subir las escaleras para ir en busca de Luke. Ni siquiera sé por qué lo hago, quizás porque ahora que se cómo se siente pienso que quizás no sea tan pedante como él quiere ser, que solamente está fingiendo porque por dentro se siente destrozado. Su padre lo odia y su madre está muerta, no creo que eso sea muy fácil de llevar…
Termino de subir las escaleras y la puerta que da a la azotea está medio abierta, la termino de abrir y entro.
Fuera hace frío, pero eso es todo. Espero que nieve, porque es lo que más me gusta del invierno. Luke está en la esquina de la azotea, apoyado en el muro y mirando hacia abajo. Desde detrás puedo ver como los músculos de su espalda se relajan y contraen al coger aire, pero siempre de una manera tranquila, como si ahora no tuviese nada de lo que preocuparse.
Avanzo, primero despacio y después más rápido. Llego a él pero me quedo detrás hasta que su voz amortigua el silencio que se ha formado.
-¿Ahora Caden va diciendo por ahí en dónde voy a ahogar mis penas?
Suelto un suspiro. Prefería al Luke de espaldas a mí, el que estaba más guapo callado.
Me pongo a su lado y adopto su pose apoyándome en el muro que me llega más o menos a la altura de mi estómago. Desde aquí se puede ver casi toda la plaza a nuestra derecha y varias personas cruzando las calles por debajo de nosotros. Ahora sé por qué le gusta tanto este sitio a Luke: es tranquilo.
-Estúpido, no vengo a ver cómo estás, que ya te respondo yo: fatal, sino por las vistas.
Luke sonríe a mi lado y me mira durante un momento.
-¿Qué te ha parecido? La historia, no me digas que después del numerito que he montado mi hermano no te ha dicho que el pobre Luke tiene mucho peso sobre sus hombros.
-Eres un idiota.
No le tomo en cuenta todo lo que está diciendo, sino que lo miro a los ojos. Ya está curado del todo, salvo por la nariz, que la tiene roja como uno de los tomates del frigorífico.
-Creí que los hombres lobos os curabais pronto.-le digo levantando la mano para tocarle levemente la nariz, más como una caricia. No sé por qué lo he hecho pero no me resulta nada incómodo.
-Sí, salvo si te han roto un hueso, curará. Auch.
Quito la mano rápidamente.
-Perdón.
Vuelvo a poner las manos sobre el muro y me apoyo en él. Luke aún sigue mirándome y ahora sí que estoy nerviosa de pies a cabeza.
-¿Te acuerdas de la noche del entrenamiento de fútbol?-me pregunta Luke.
-¿Cuándo me dijiste que yo no era tu tipo por no ser valiente? Sí, me acuerdo.
Luke sonríe y se cantea para mirarme, me acaricia la mano y por un momento no tengo miedo de quemarle porque sé que aunque estoy nerviosa puedo controlarlo.
-Retiro lo dicho Cali. Eres la chica menuda y renacuajo más valiente que conozco.
Lo miro a los ojos casi con las mejillas como tomates y le sonrío, o lo intento al menos. Luke se acerca más a mí y me coloca un mechón de pelo detrás de la oreja.
-Una vez me preguntaste por qué no iba con mis amigos ¿verdad? Pues esta es la razón: estropeo todo. No soy capaz de hacer nada bien, nada me sale como me debería de salir.-suelta un suspiro-.Ni siquiera cuando le dije todo esto a mi padre.
Me quedo callada cuando Luke empieza a acariciarme con el pulgar mi mejilla que está ardiendo, a pesar de ello él no se aparta. Pone su otra mano sobre mi otra mejilla y yo me quedo quieta, clavada en el suelo como si su contacto conmigo no me permitiera moverme.
Los ojos de Luke han adquirido un color azul más intenso y oscuro, como dos pozos de mar azul que no paran de mirarme. Sigo clavada en el suelo cuando nuestras distancias han pasado a ser nada.
Me besa. Sus labios son cálidos y suaves sobre los míos y parece que no tiene prisa como en las películas, que son más bien besos babosos y llenos de urgencia. Las manos de Luke pasan de mis mejillas a mi pelo y allí sus dedos se enredan con mis mechones sueltos haciéndome cosquillas en la nuca.
Me pongo de puntillas cuando él se separa un poco de mí y esta vez lo beso yo, poniendo mis manos sobre sus hombros y acercándome más a él. Ahora entiendo por qué en las películas los besos son tan urgentes. Dentro de mi estómago parece haber millones de mariposas que revolotean haciéndome sentir descargas eléctricas que no quiero que paren. El beso pasa de ser tierno y suave a ser más rápido, como si el aire se acabase.
Luke se separa de mí unos milímetros y sonríe con los ojos cerrados. Por un momento me entra el pánico al pensar que esto ya se ha terminado. Las manos de Luke bajan por mi espalda hasta llegar a mi cintura y me aprietan más contra él. Suelto un gritito cuando sus labios vuelven a los míos para callarme.
Mis manos ahora están sobre su pelo mientras mis labios saborean los de Luke, saben a metal y a frescura como la menta. Me levanta por alto y me sienta sobre el muro, ahora estoy a más altura y no me importa tener detrás de mí siete pisos por debajo. Pongo mis piernas a ambos lados de su cintura y el beso se intensifica. Sus brazos son fuertes aunque eso ya lo sabía, se contraen cuando pasa sus brazos por mi espalda y me une más contra él. Ahora sí que no hay espacios que nos separen.
Nunca había besado a nadie por penoso que resulte, siempre he sido la típica chica que se sienta detrás para que nadie la mire ni le pregunta la hora. No sabía que se sentía, solamente lo he visto en series o películas, o lo he leído en un libro. No, ahora no hay tiempo para pensar en ello, ni siquiera en las sombras ni en el poder que ejercen sobre mí. Aunque esto me recuerda a algo, algo que tenía que haber contado antes…
Empujo a Luke lejos de mí porque sé que esto no me está ayudando en nada. Su expresión no tiene precio, pensará que no me ha gustado.
-Lo siento, ¿dónde trabaja tu hermano?-le pregunto con la voz que me queda. Cuando me bajo del muro tengo que apoyar mis manos para no caerme, las piernas me tiemblan.
Luke está atónito, como si le hubiese pegado una bofetada.
-En... en la tienda de música con Nate ¿por qué?-Luke extiende sus manos y se acerca a mí-.Cali…
Niego rotundamente.
-No… no hay tiempo, necesito deciros algo. Esto puede esperar ¿de acuerdo? Te juro que es importante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario