viernes, 16 de mayo de 2014

Capítulo 27

Me despierto con un dolor de cabeza tremendamente doloroso y con ganas de arrancarme los ojos por culpa de la luz que se filtra por la ventana. Todo me da vueltas y no soy capaz de enfocar ningún objetivo sin tenerlo borroso. El pitido de mi oído sigue siendo constante por no hablar del dolor que siento en todo el cuerpo. En fin, estoy hecha una vejestorio de pies a cabezas; aunque los vejestorios no serían capaz de soportar lo que yo estoy soportando ahora mismo.
Me pongo de pie, o eso intento al menos. Tengo la misma ropa que antes y la tengo hecha un desastre gracias a los cristalitos que se me clavaron en la piel y que les han hecho agujeros a la tela. Mi piel ha pasado de ser blanca a tener unos matices en gris por todo el polvo que se produjo en la explosión: la explosión que provoqué yo. ¿Conclusión? Soy altamente peligrosa.
Empiezo a andar agarrándome a lo primero que pillo para no caerme redonda al suelo y salgo de mi cuarto con cuidado de no tirar la puerta abajo (todo gracias a Luke) Luke. Me entra un nudo en la garganta cuando vuelvo a pensar en él y ayer en la azotea. Cuando llego al salón están todos ahí sentados en los sofás de espaldas a mí. El primero en darse cuenta de que he llegado es Connor, que se pone en pie para ayudarme.
-¿Estás bien? No tienes buen aspecto.-Aubery me pone la mano en la mejilla y no la retira sabiendo que está ardiendo. Empiezo a notar cosquillas y la sensación de dolor me abandona en seguida antes de que mi amiga retire la mano.
Cierro los ojos agradecida de que el dolor ya no esté.
-Se me pasará.-abro los ojos-.Bueno, ¿algo interesante que haya pasado mientras yo estaba dormida?
-Está nevando-me dice Nate-, y se ha cuajado todo el suelo.
Suelto una exclamación.
-Vaya, ¿en tan solo un día? Eso sí que es ser rápido.
Luke carraspea incómodo y cuando me habla, no es capaz de mirarme a los ojos;
-Cali, llevas dormida dos días.
Me quedo sin aliento mientras todo el mundo evita mi mirada. Mi cara seguramente sea  la de una tonta. 
Llevo dos días dormida, eso quiere decir…
-¿Hoy es treinta y uno de diciembre?
Caden asiente.
-Sí, así es.

Vale, hoy es el último día del año y eso quiere decir que tenemos más  o menos ocho días para poder terminar con este problema o hacerlo más grande, depende de la decisión que tome yo o si al final encontramos a Elena. Si no lo hacemos la única solución que nos queda es que yo muera y visto que soy tan incapaz de controlarme, no veo otra solución.
Me he duchado, peinado y vestido para la comida que vamos a celebrar hoy. Sí, es un poco extraño estar de brazos cruzados pero si no sabemos por dónde buscar, ¿vamos a estar sin celebrar el día de hoy? Me duele admitir que esto me sube un poco más a moral, pero odio no celebrarlo con Chris porque él es el único que queda vivo de mi familia (espero que así sea mucho años más). Me hace gracia que hace no mucho estuviese deseando irme de su casa y ahora esté rezando por volver a tener una casa y vivir con él.
Salgo de mi cuarto por segunda vez en el día de hoy, pero esta vez me encuentro con un obstáculo en el camino: Luke Hamilton. Me echo hacia atrás del susto y él sonríe.
-No pretendía asustarte.
Se acerca más a mí y cierra la puerta de mi cuarto con delicadeza, no vaya a ser que se le caiga encima. Me echo tanto hacia atrás que me doy con la esquina de la mesa en la parte baja de la espalda causándome dolor, pero se me olvida cuando miro a Luke a esos ojos azules que él tiene.
Quiero mantener distancias, no quiero hacer nada malo y luego arrepentirme como el otro día (no por el beso, sino por el descontrol tan grande que tuve) pero soy incapaz.
-Bonito día.-comento señalando a la ventana-. ¿No crees que después podemos ir a entrenar? Me encanta ir por la nieve.
Luke me ignora y se apoya en la pared a pocos centímetros de mí. Tengo que levantar la cabeza para poder mirarlo a los ojos.
-He visto cosas más bonitas.-me toca la mejilla y me aparta el pelo de la cara. Vale, me estoy poniendo colorada-. ¿Estás bien?
-Sí ¿por qué no iba a estar bien? Llevo dos días dormida y resulta que ahora es fin de año. ¡Estoy híper bien!
Lo que estoy es subnormal.
Luke me pone las dos manos en las mejillas.
-Bien.-susurra y aparta todas las distancias que quedan entro nosotros.
Vuelve a besarme como hace dos días, dos escasos días. Antes estaría ilusionada de que no pasase de mí pero ahora no estoy tan segura de ello. No quiero hacerle daño, eso es todo.
Me pone las manos en la cintura y me sube encima de la mesa. Vale, ¿en qué estaba pensado yo? no me acuerdo, sería algo relacionado con que no quiero hacerle daño… Sus manos se sitúan en mi espalda, sus labios rozan los míos. No puedo evitarlo, me pongo muy tensa.
Se separa de mí y me mira a los ojos.
-¿Estás segura de que estás bien?
-Sí.-jadeo con la poca voz que me queda-. ¿Y tú?
Los ojos de Luke se vuelven más oscuros cuando me responde:
-Sí.
Esas son las palabras que me hacían falta oír para agarrarlo por los hombros y empujarlo contra mí para juntar de nuevo nuestros labios. No me importa nada de antes salvo el momento, se puede decir que soy adicta a Luke Hamilton porque hace que todos mis miedos se olviden al momento. Sus labios dejan de besarme y pasan a mi mejilla, a mi mandíbula y por último a mi cuello.
Llaman a la puerta y tal como empezó este beso, se terminó. Empujo a Luke lejos de mí y me bajo de la mesa para bajarme la camisa que estaba un poco levantada. Connor aparece detrás de la puerta con una cuchara y una sonrisa dibujada en el rostro.
-¿A alguien le gusta el estofado?
-No, la verdad es que no mucho.-contesto arrugando la frente. A mi lado, Luke suelta un risotada.
Connor pasa del todo dentro y en la otra mano lleva un bol gigante con lo que creo que es comida, no sé si lo es porque está más que carbonizado.
-Bien, porque se nos ha quemado.
Ahí ya empezamos a reírnos todos.

Nos sentamos en la barra de la cocina, unos enfrente del otro. Aubery y Nate son los únicos que no están aquí porque ellos parecen ser los que tienen la familia completa, cosa que me parece bien por ellos. Connor, por otro lado tiene que esperar hasta la noche porque su padre trabaja todo el día y toda la tarde.
Así que solamente quedamos cuatro comiendo comida china de la tienda de abajo que parece ser una de las mejores de esta ciudad.
-¿Habéis estado buscando a Elena durante todos estos días?-pregunto poniendo los palillos chinos a un lado. Después de dos días sin comer estaba que me moría.
-Si pero como si no.-me contesta Luke mirándome de reojo. Intento no ponerme nerviosa y miro por la ventana donde el paisaje blanco me da la bienvenida.
-¿Las brujas simplemente se mueren o pueden vivir años?-pregunta Connor.
Caden se encoge de hombros
-Al igual que los hombres lobo, envejeces más despacio, pero si mueres, lo haces para siempre.
-¿Entonces yo podría llegar a tener ciento sesenta años?-inquiero asombrada.
-Incluso más si la magia no acaba por deteriorarte.
Ah, pienso, entonces no pasaré de los veinte.
-¿Y los cazadores tienen algo de especial?
-Que son idiotas.-me responde Luke.
Pongo los ojos en blanco y dejo de mirar por la ventana para lanzarle a él otra de reproche; termino mi plato de comida en silencio.
Después de la comida Connor se marcha a casa y nos quedamos Caden, Luke y yo.
-¿Hoy no tengo que practicar?-pregunto mientras vemos la televisión. La verdad es que pensar que echaremos todo este día a perder me pone los nervios de punta y no quiero comerme la cabeza con lo que está pasando con Luke porque en realidad ¿qué está pasando? Solo han sido dos besos de nada y ahora actúa como si no hubiese pasado nada.
-No sé, ¿quieres?-me pregunta Caden.
Me pongo de pie y hago una de esas poses de militar con el saludo de la mano en la frente y todo exclamando:
-¡A sus órdenes mi capitán!
Luke me mira riéndose y me pongo roja como un tomate. ¿En serio acabo de decir y hacer yo eso?
Caden se pone en pie y se quita la chaqueta para quedarse en camisa blanca y pantalones vaqueros, echa los sillones más hacia la pared  y se pone en posición en el medio de la sala conmigo delante. Yo lo imito poniéndome también con las rodillas flexionadas y las manos en forma de puños y cuando Caden me hace un gesto para que le dé, lo hago con todas mis fuerzas pero su mano se pone de por medio y oigo como se me quebrantan los huesos.
-No das fuerte Cali.-me reprocha mi “entrenador”-.Tienes que poner el pulgar dentro de la mano y dar con estos dos nudillos, ¿ves?
Me enseña cómo se hace y después me da una palmadita en la espalda. La presencia de Luke hace que sea más patosa que de costumbre. Me meto en la cabeza eso de los nudillos y cuando es Caden el que viene a por mí, le doy un rodillazo en las costillas y él cae al suelo.
-¡O Dios mío! ¿Estás bien?-me agacho a ayudarle. Tiene los ojos cerrados con expresión de dolor y cuando lo agarro por los brazos los abre y es como si se hubiese quitado la máscara. Me coge de las muñecas y hace que caiga al suelo dando una voltereta por los aires. Si antes me dolían los huesos de las manos, ahora son los de toda la espalda.
-Regla número uno: no confíes nunca en tus enemigos.
-¿Eres idiota?-Luke se pone en pie y me ayuda a levantarme. Cuando estoy en pie me toca la mejilla levemente con el pulgar y yo me aparto, odio mostrar afecto en público y que su hermano esté delante no ayuda mucho.
-No, no… él tiene razón, así es como mejor aprendo.-dudo un momento-. ¿Sabéis que os vendría bien? ¡Una puñetera colchoneta!
Me vuelvo a poner en posición y Caden se pone delante de mí. Esta vez vuelvo a esperar a que ataque él y no tendré piedad cuando lo coja. Empieza a dar vueltas a mi alrededor despacio y sin apartarme los ojos de encima. Me está poniendo nerviosa, lo cual no es bueno que haga si no quiere que su casa salga en llamas. Luke tiene la vista sobre nosotros dos con una expresión de que no va a salir nada bueno de esto y un segundo después Caden se abalanza sobre mí.
No sé cómo lo hago pero cuando él extiendo su brazo lo agarro por la muñeca y se lo retuerzo haciéndole perder un poco el equilibrio. Es mi oportunidad. Le doy una patada en la parte baja de la espalda y él se cae de rodillas en donde le pongo el brazo detrás de la espalda y me subo encima de él a horcadas para retenerlo más.
-¿Así de fuerte?
Le suelto y me pongo de pie deprisa por si le da por agarrarme por el tobillo. Se pone en pie con expresión de cabreo.
-Ahora que digo fuerte, ¿de verdad no habéis pensado en pedir ayuda a alguien para el asunto de los espíritus?
Caden me ignora y me lanza una patada. Es Luke desde el sofá el que me grita por encima de los bufidos de su hermano:
-¿Qué clase de ayuda?
Esquivo la patada agachándome pero pierdo el equilibrio (como no) y caigo de culo al suelo. Caden lo toma como ventaja y se acerca corriendo. Prácticamente salgo a cuatro patas de ese embrollo.
-Pues hay otros brujos en la ciudad, y vampiros y cazadores…
Caden deja su pie a medio camino de mi cara.
-¿Estás diciendo que nos aliemos con ellos?
Me pongo en pie y le piso el pie lo fuerte que puedo y él hace una mueca de dolor. Se sienta en el sofá y suelto un suspiro de derrota. Con lo bien que se me estaba dando hoy las prácticas…
-No es mala idea.-dice.
-¿Qué? No. ¿Qué? No.-Luke niega y se pone en pie-.Para ahí, stop. Ni siquiera lo pienses Caden o me divorciaré de ti como hermano.
Caden arquea una ceja.
-No me des ideas.
Me trago las risas pero algo aflora de mi garganta llamando la atención de Luke.
-¿Es que no piensas que podamos enfrentarnos a ese asunto nosotros mismos?
-No es que piense eso (en parte) pero es que ellas son tres grandes brujas y una que no sabemos lo poderosa que puede ser contra tres hombres lobo y dos brujas que casi no tienen experiencia. No sé si se te da bien cálculo, pero vamos con las de perder.
Luke suelta un bufido.
-Caden dile ahora mismo que se equivoca. Cali, ¿de verdad estás bien? Porque creo que la explosión te ha afectado al coco.
Me cruzo de brazos ignorando sus comentarios ofensivos. Me da una punzada de dolor que hace menos de dos horas me hubiese venido a buscar para besarme y ahora esté así conmigo.
-Ellos no son nuestros enemigos, ni siquiera sé por qué te pones así con ellos. No son malos.
Luke vuelve a soltar un bufido.
-Pero son idiotas, arrogantes, egocéntricos y descarados.
-¿A quién me sonará eso?-dice Caden en bajo, pero hasta yo puedo oírlo y eso que no tengo súper poderes de hombre lobo.
Luke le ignora. Sus ojos se clavan en los míos, por un segundo me olvido de todo, hasta que dice:
-No ¿vale? Hagamos con que esto no ha pasado y veamos la tele o daros de leches si queréis.
Niego.
-Esto no se puede olvidar, los  necesitamos.
-No, tú crees que los necesitas pero no es así. Tenemos suficiente con nosotros mismo, no tenemos por qué depender de ellos ahora.
-¿Y después? Ya me lo dirás cuando veas los cadáveres de nuestro amigos muertos.-eso ha sido cruel por mi parte, eso lo sé hasta yo. La cara de Luke se vuelve pálida como el papel y me señala con el dedo.
-Será mejor que no vuelvas a decir el tema Cali, porque esto me cabrea y no querrás verlo.-cuando dice eso no puedo evitar pensar en la vez que Caden se transformó, su hermano es así y la verdad es que no quiero verlo-.No pongas esa cara. Júramelo.
Suelto un suspiro de derrota.
-Bien.
-¡Dilo!
-¡Lo juro! Ya está ¿vale? Ahora me voy.-miro detrás de Luke; a Caden-.Y tú podrías hacer tu trabajo de alfa más enserio, no que pareces un caniche.
Cuando cierro la puerta de mi cuarto detrás, miro mis dedos cruzados en señal de que no pienso hacer lo que Luke me ha dicho. Me acerco a la ventana y miro por ella, ya es casi de noche. Me llama algo la atención, algo que parece ser una nota colgada fuera, debajo de una piedrecilla.
Abro la ventana y la cojo para cerrarla de nuevo por el frío que hace.
¿De verdad Cali? Yo pensé que eras más lista para todo esto.
No sé por qué esa última frase me desconcentra un poco.

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