La semana se me ha pasado muy deprisa y ahora estamos
en la última hora del viernes, en donde tenemos gimnasia y son los chicos los que están haciendo el trabajo
duro. El entrenador Brooks ha venido al fin y les está haciendo un
entrenamiento intensivo por no haberse puesto a practicar esta semana a pesar
de que él no ha venido. Todas las chicas (quitando a las animadoras de mi
clase, que menean sus traseros y no paran de dar saltitos) estamos sentadas
observándolos. Por suerte me he traído mi mochila y he empezado a hacer los
deberes atrasados de esta semana, así que parece ser que todos estamos ganado.
-¡Royal no seas burro!-exclama el entrenador después
de silbar con su silbato-.Necesito a todo el equipo para el próximo domingo,
¡no me los mates!
Nate Royal es el chico que vi mi primer día de clase y
que estaba sentado con aquella morena que se llama Aubery Holsom y que está
sentada en la parte de atrás de las gradas enredando con su móvil.
Es cierto,
Nate es muy burro y no para de tirar a todo el equipo contrario, el único que
lo puede detener es Luke y a veces Connor, que no parece muy a favor de que lo
pongan de defensa. La verdad es que no entiendo este deporte y paso de
entenderlo.
-Ejem.-una voz femenina me llega desde la izquierda y
cuando me canteo para mirarla veo a una rubia alta y de ojos azules. Va vestida
como las animadoras y por su placa sobre el pecho, es la capitana. Se sienta a
mi lado y me da un codazo cuando lo hace. Parece que a esta muchacha no le han
enseñado en dónde se sitúa el espacio personal.
>>Soy Samanta Smith y como ves soy la capitana
del equipo de animadoras. ¿Eres Calina Berry verdad?
Asiento con la cabeza.
-Bien, menos mal, he preguntado como a otras veinte
chicas antes de llegar a ti. Eres muy bajita y no te había visto.
Estoy a punto de preguntarle a qué ha venido justo
cuando me enseña un papel y me lo pone sobre el regazo; es mi solicitud de
entrada al periódico de este instituto.
-Me alegra decirte que estás dentro del periódico del
instituto, Calina.-me dice Samanta con una enorme sonrisa de perfectos dientes
blancos-.Sí, sé que es muy apresurado pero es que no sé, tienes algo que me
hace confiar en ti y en tu poca experiencia de reportaje. Pero por lo que veo
se teda bien el dibujo, ¿no es así?
-Sí pero…
-Bien, pues serás la que hagas las fotos del
periódico. Antes se encargaba Jimmy, pero el muy estúpido ha dicho que no quería
seguir más haciendo ese trabajo.
-Ya pero…
-¡No se hable más!-me vuelve a cortar Samanta-.A
partir de ahora me llamarás Sam y este es mi número.-me tiende un papel forrado
en rosa y con su nombre y un número de móvil-.Las reuniones son los jueves a las
nueve de la noche, para entregar tus trabajos tendrás que estar en el instituto
a las siete de la mañana.
Hago un gesto con las manos para que pare de hablar y
así lo hace, pero con la palabra aún en la boca.
-¿Por qué me has elegido? Quiero decir que me alegra y
todo ese rollo, pero ¿no sería anti concluyente? Nada más que sabes lo que he
escrito en un papel, no sabes de verdad si se me da bien el dibujo o ni si
quiera hacer fotos.
-¿Sabes hacer fotos?-me pregunta Sam.
-Sí pero…
-¡Ya está!-se pone de pie-.Te espero el próximo jueves
en el instituto a las nueve de la noche, si no vienes verás lo que es bueno.
Nadie puede dejar el periódico así como así. ¡Buena suerte!
La veo marchar agitando su melena al viento y
empezando a saltar de nuevo cuando llega a su grupo de amigas animadoras. Miro
al terreno de juego negando con la cabeza y me encuentro a Luke observándome de
nuevo, como no ha parado de hacer en toda esa semana. Creo que no le gustó que
yo le dijese lo que le dije la primera vez que nos vimos y ahora voy hablando
así por así con la gente que se me cruza por el camino. Vuelvo mi vista el
cuaderno y empiezo a recoger porque ha sonado el timbre.
Cuando empiezo a andar, veo a Connor recogiendo las
pelotas y me acero a él corriendo.
-¡Connor!-exclamo cuando se da la vuelta, él me mira
aturdido-.Hola, quería preguntarte una cosa, no he tenido tiempo de hablar
contigo porque pareces estar evitándome.
Me cruzo de brazos. Mis manos están tapadas por unos
guantes grises, después de lo que me pasó el lunes no quiero que nadie me vea
las horribles marcas que me han quedado en ellas. Tengo unos moratones en las
palmas y alguna que otra postilla en los dedos y dorso de la mano.
-¿Yo evitándote?-me dice Connor-.De ninguna manera.
-¿Qué fue lo que vistes el otro día, en clases de
química?
Connor abre la boca y la vuelve a cerrar. Ahora parece
incómodo y re rasca la oreja con una expresión interrogante. Me fijo en su
mejilla izquierda, en donde tiene un lunar.
-¡Connor!-exclama otra voz que no es la mía. Connor y
yo miramos detrás de él para ver a Nate en la otra esquina del terreno de
juego.
Entrecierro los ojos para verlo mejor, alrededor de él
hay algo que me llama mucho la atención: un aura de color naranja. Sí, parece
extraño, pero no es por el sol. Es como si intentase protegerlo de algo, o
solamente adornarlo, su color naranja es muy intenso, pero se desvanece cuando
dejo de mirarlo.
-Tengo que irme Cali, pasa un buen fin de semana.
Connor se marcha a toda prisa y se pone al lado de su
amigo, que le pasa el brazo por detrás del hombro y empieza a sonreír,
echándome una última mirada de soslayo. Cuando los veo cruzar la puerta que
lleva al pasillo de los vestuarios, empiezo a caminar y entro yo también, es la
única entrada para salir de este instituto.
-Ya te lo he dicho: no le he contestado. Nate, no voy
a dejar que se entere.-es la vos de Connor, y llega desde mi izquierda, de la
puerta de los vestuarios de los chicos.
Me quedo petrificada porque sé que están hablando de
mí, me acerco despacio a la puerta y me asomo poniéndome de puntillas para ver
por la ventana redonda de la puerta. Connor está sentado en el banco delante de
las taquillas azules y tiene la cara entre sus manos, Nate, por otro lado está
de pie dándome la espalda y todavía vestido con el uniforme. Me agacho cuando
Connor levanta la cabeza.
-Además, no es a mí a quien tienes que vigilarme, ¿y
Luke? Está actuando por su cuenta, si vuestro alfa se entera no veas como se
pondrá.
Nade suspira.
-Yo me fío de Luke, no es un niño chico.
-¿Y yo sí?-Connor parece ofendido, pero se le pasa
cuando mira hacia la puerta-.Creo que deberíamos dejar la conversación, Aubery
estará esperándonos fuera. A ella también tienes que vigilarla.
-¿Crees que no lo hago?
¿De qué narices están hablando? Suena mi móvil y
empiezo a retroceder por si me han escuchado. Se quedan callados, lo que me
hace pensar que sí. Cocho con lo que creo que es la pared, pero a pesar de
estar dura no lo es. La persona que tengo detrás me agarra de la muñeca y me
lleva casi corriendo a la entrada del instituto un piso más arriba. Cuando me
suelta veo que es Luke, que ya se ha cambiado poniéndose una abrigo negro y una
bufanda negra también.
-¿Qué haces?-exclamo, frotándome la muñeca dolorida.
Luke niega con la cabeza.
-No, ¿qué haces tú? Vamos Cali, no hagas que se me
estropee la sensación que tengo sobre ti. Creí que no eras de esas que iban por
ahí espiando a los chicos en los vestuarios.
Ignoro su comentario sarcástico y empiezo a bajar las
escaleras. El móvil me ha sonado porque Elena me ha enviado un mensaje en el
que ponía que me esperaba en el aparcamiento.
-¿Es que no vas a decirme qué hacías espiando al su
capitán del equipo de fútbol?
-Primero no lo estaba espiando y segundo no es asunto
tuyo. ¿Y tú que hacías allí también, acaso me estás acosando?
Luke me agarra por la muñeca para que deje de caminar
y sonríe.
-¿Crees que no tengo otra cosa que hacer que espiarte?
Mírate y mírame, estamos a mucha altura querida.
Chasqueo la lengua pero para nada me siento ofendida,
sin embargo no sonrío.
-¿Puedes soltarme ya? Tengo vida y quiero vivirla, no
como tú.
Cuando aparto la mano de su agarre, Luke me vuelve a
coger la muñeca y me mira las manos llenas de cicatrices y de moratones. No
dice nada, pero su cara ha pasado de ser irónica a estar tan pálida como la
leche. Ahora sí puedo decir que he visto a un fantasma, a uno con un gran aura
de color naranja intenso. ¿A caso me están volviendo a hacer pasar una mala
racha mis ojos? Veo la misma aura que le he visto a Nate pero más intenso y con
matices en rojo, como si este tuviera más poder. Me aparto dando un traspié y
si no llega a ser porque detrás tengo un muro de piedra, me caía encima de los
arbustos.
-¿Cómo te has hecho eso?
-No es asunto tuyo, de nuevo.-suena el claxon de un
coche y le arrebato el guante a Luke de un solo movimiento, me lo coloco y miro
al coche de Elena-.Adiós, tengo que irme ya.
Cuando entro en el coche y me pongo el cinturón le
indico a Elena que arranque el coche de una vez para poder irnos, no es hasta
que no hemos dejado e instituto muy atrás hasta que ella no se atreve a decir:
-Con que Luke Hamilton… ¿es que eres amiga de ese
muchacho? A principio supuse que no te caía bien.
No la escucho y sigo pensando: Nate y Connor hablando
de mí sobre algo que aun no entiendo, Luke y Nate con esas auras de color
naranja y lo que peor llevo de todo: mis manos.
-¿Sabes? Espero que sepas elegir bien de qué lado
estás Cali, Luke no parece ser un buen chico: falta a clases, tiene varios
problemas de agresividad y por no hablar de sus notas. ¿Me harías caso si te
dijera que te alejaras de él?
-Por supuesto, me alejaré de él.-le aseguro, mirando
por la ventanilla.
Elena le da un golpe al volante con una sonrisa y me
mira cuando aparca en la entrada de casa. Tenemos garaje, pero es ahí donde
Chris guarda su canoa y no cabe casi nada más.
-¡Estupendo! Por eso me encantas Cali. Siempre te
haces caso de lo que te dicen.
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