lunes, 17 de marzo de 2014

Capítulo 4

La semana se me ha pasado muy deprisa y ahora estamos en la última hora del viernes, en donde tenemos gimnasia y son  los chicos los que están haciendo el trabajo duro. El entrenador Brooks ha venido al fin y les está haciendo un entrenamiento intensivo por no haberse puesto a practicar esta semana a pesar de que él no ha venido. Todas las chicas (quitando a las animadoras de mi clase, que menean sus traseros y no paran de dar saltitos) estamos sentadas observándolos. Por suerte me he traído mi mochila y he empezado a hacer los deberes atrasados de esta semana, así que parece ser que todos estamos ganado.
-¡Royal no seas burro!-exclama el entrenador después de silbar con su silbato-.Necesito a todo el equipo para el próximo domingo, ¡no me los mates!
Nate Royal es el chico que vi mi primer día de clase y que estaba sentado con aquella morena que se llama Aubery Holsom y que está sentada en la parte de atrás de las gradas enredando con su móvil.
 Es cierto, Nate es muy burro y no para de tirar a todo el equipo contrario, el único que lo puede detener es Luke y a veces Connor, que no parece muy a favor de que lo pongan de defensa. La verdad es que no entiendo este deporte y paso de entenderlo.
-Ejem.-una voz femenina me llega desde la izquierda y cuando me canteo para mirarla veo a una rubia alta y de ojos azules. Va vestida como las animadoras y por su placa sobre el pecho, es la capitana. Se sienta a mi lado y me da un codazo cuando lo hace. Parece que a esta muchacha no le han enseñado en dónde se sitúa el espacio personal.
>>Soy Samanta Smith y como ves soy la capitana del equipo de animadoras. ¿Eres Calina Berry verdad?
Asiento con la cabeza.
-Bien, menos mal, he preguntado como a otras veinte chicas antes de llegar a ti. Eres muy bajita y no te había visto.
Estoy a punto de preguntarle a qué ha venido justo cuando me enseña un papel y me lo pone sobre el regazo; es mi solicitud de entrada al periódico de este instituto.
-Me alegra decirte que estás dentro del periódico del instituto, Calina.-me dice Samanta con una enorme sonrisa de perfectos dientes blancos-.Sí, sé que es muy apresurado pero es que no sé, tienes algo que me hace confiar en ti y en tu poca experiencia de reportaje. Pero por lo que veo se teda bien el dibujo, ¿no es así?
-Sí pero…
-Bien, pues serás la que hagas las fotos del periódico. Antes se encargaba Jimmy, pero el muy estúpido ha dicho que no quería seguir más haciendo ese trabajo.
-Ya pero…
-¡No se hable más!-me vuelve a cortar Samanta-.A partir de ahora me llamarás Sam y este es mi número.-me tiende un papel forrado en rosa y con su nombre y un número de móvil-.Las reuniones son los jueves a las nueve de la noche, para entregar tus trabajos tendrás que estar en el instituto a las siete de la mañana.
Hago un gesto con las manos para que pare de hablar y así lo hace, pero con la palabra aún en la boca.
-¿Por qué me has elegido? Quiero decir que me alegra y todo ese rollo, pero ¿no sería anti concluyente? Nada más que sabes lo que he escrito en un papel, no sabes de verdad si se me da bien el dibujo o ni si quiera hacer fotos.
-¿Sabes hacer fotos?-me pregunta Sam.
-Sí pero…
-¡Ya está!-se pone de pie-.Te espero el próximo jueves en el instituto a las nueve de la noche, si no vienes verás lo que es bueno. Nadie puede dejar el periódico así como así. ¡Buena suerte!
La veo marchar agitando su melena al viento y empezando a saltar de nuevo cuando llega a su grupo de amigas animadoras. Miro al terreno de juego negando con la cabeza y me encuentro a Luke observándome de nuevo, como no ha parado de hacer en toda esa semana. Creo que no le gustó que yo le dijese lo que le dije la primera vez que nos vimos y ahora voy hablando así por así con la gente que se me cruza por el camino. Vuelvo mi vista el cuaderno y empiezo a recoger porque ha sonado el timbre.
Cuando empiezo a andar, veo a Connor recogiendo las pelotas y me acero a él corriendo.
-¡Connor!-exclamo cuando se da la vuelta, él me mira aturdido-.Hola, quería preguntarte una cosa, no he tenido tiempo de hablar contigo porque pareces estar evitándome.
Me cruzo de brazos. Mis manos están tapadas por unos guantes grises, después de lo que me pasó el lunes no quiero que nadie me vea las horribles marcas que me han quedado en ellas. Tengo unos moratones en las palmas y alguna que otra postilla en los dedos y dorso de la mano.
-¿Yo evitándote?-me dice Connor-.De ninguna manera.
-¿Qué fue lo que vistes el otro día, en clases de química?
Connor abre la boca y la vuelve a cerrar. Ahora parece incómodo y re rasca la oreja con una expresión interrogante. Me fijo en su mejilla izquierda, en donde tiene un lunar.
-¡Connor!-exclama otra voz que no es la mía. Connor y yo miramos detrás de él para ver a Nate en la otra esquina del terreno de juego.
Entrecierro los ojos para verlo mejor, alrededor de él hay algo que me llama mucho la atención: un aura de color naranja. Sí, parece extraño, pero no es por el sol. Es como si intentase protegerlo de algo, o solamente adornarlo, su color naranja es muy intenso, pero se desvanece cuando dejo de mirarlo.
-Tengo que irme Cali, pasa un buen fin de semana.
Connor se marcha a toda prisa y se pone al lado de su amigo, que le pasa el brazo por detrás del hombro y empieza a sonreír, echándome una última mirada de soslayo. Cuando los veo cruzar la puerta que lleva al pasillo de los vestuarios, empiezo a caminar y entro yo también, es la única entrada para salir de este instituto.
-Ya te lo he dicho: no le he contestado. Nate, no voy a dejar que se entere.-es la vos de Connor, y llega desde mi izquierda, de la puerta de los vestuarios de los chicos.
Me quedo petrificada porque sé que están hablando de mí, me acerco despacio a la puerta y me asomo poniéndome de puntillas para ver por la ventana redonda de la puerta. Connor está sentado en el banco delante de las taquillas azules y tiene la cara entre sus manos, Nate, por otro lado está de pie dándome la espalda y todavía vestido con el uniforme. Me agacho cuando Connor levanta la cabeza.
-Además, no es a mí a quien tienes que vigilarme, ¿y Luke? Está actuando por su cuenta, si vuestro alfa se entera no veas como se pondrá.
Nade suspira.
-Yo me fío de Luke, no es un niño chico.
-¿Y yo sí?-Connor parece ofendido, pero se le pasa cuando mira hacia la puerta-.Creo que deberíamos dejar la conversación, Aubery estará esperándonos fuera. A ella también tienes que vigilarla.
-¿Crees que no lo hago?
¿De qué narices están hablando? Suena mi móvil y empiezo a retroceder por si me han escuchado. Se quedan callados, lo que me hace pensar que sí. Cocho con lo que creo que es la pared, pero a pesar de estar dura no lo es. La persona que tengo detrás me agarra de la muñeca y me lleva casi corriendo a la entrada del instituto un piso más arriba. Cuando me suelta veo que es Luke, que ya se ha cambiado poniéndose una abrigo negro y una bufanda negra también.
-¿Qué haces?-exclamo, frotándome la muñeca dolorida.
Luke niega con la cabeza.
-No, ¿qué haces tú? Vamos Cali, no hagas que se me estropee la sensación que tengo sobre ti. Creí que no eras de esas que iban por ahí espiando a los chicos en los vestuarios.
Ignoro su comentario sarcástico y empiezo a bajar las escaleras. El móvil me ha sonado porque Elena me ha enviado un mensaje en el que ponía que me esperaba en el aparcamiento.
-¿Es que no vas a decirme qué hacías espiando al su capitán del equipo de fútbol?
-Primero no lo estaba espiando y segundo no es asunto tuyo. ¿Y tú que hacías allí también, acaso me estás acosando?
Luke me agarra por la muñeca para que deje de caminar y sonríe.
-¿Crees que no tengo otra cosa que hacer que espiarte? Mírate y mírame, estamos a mucha altura querida.
Chasqueo la lengua pero para nada me siento ofendida, sin embargo no sonrío.
-¿Puedes soltarme ya? Tengo vida y quiero vivirla, no como tú.
Cuando aparto la mano de su agarre, Luke me vuelve a coger la muñeca y me mira las manos llenas de cicatrices y de moratones. No dice nada, pero su cara ha pasado de ser irónica a estar tan pálida como la leche. Ahora sí puedo decir que he visto a un fantasma, a uno con un gran aura de color naranja intenso. ¿A caso me están volviendo a hacer pasar una mala racha mis ojos? Veo la misma aura que le he visto a Nate pero más intenso y con matices en rojo, como si este tuviera más poder. Me aparto dando un traspié y si no llega a ser porque detrás tengo un muro de piedra, me caía encima de los arbustos.
-¿Cómo te has hecho eso?

-No es asunto tuyo, de nuevo.-suena el claxon de un coche y le arrebato el guante a Luke de un solo movimiento, me lo coloco y miro al coche de Elena-.Adiós, tengo que irme ya.
Cuando entro en el coche y me pongo el cinturón le indico a Elena que arranque el coche de una vez para poder irnos, no es hasta que no hemos dejado e instituto muy atrás hasta que ella no se atreve a decir:
-Con que Luke Hamilton… ¿es que eres amiga de ese muchacho? A principio supuse que no te caía bien.
No la escucho y sigo pensando: Nate y Connor hablando de mí sobre algo que aun no entiendo, Luke y Nate con esas auras de color naranja y lo que peor llevo de todo: mis manos.
-¿Sabes? Espero que sepas elegir bien de qué lado estás Cali, Luke no parece ser un buen chico: falta a clases, tiene varios problemas de agresividad y por no hablar de sus notas. ¿Me harías caso si te dijera que te alejaras de él?
-Por supuesto, me alejaré de él.-le aseguro, mirando por la ventanilla.
Elena le da un golpe al volante con una sonrisa y me mira cuando aparca en la entrada de casa. Tenemos garaje, pero es ahí donde Chris guarda su canoa y no cabe casi nada más.
-¡Estupendo! Por eso me encantas Cali. Siempre te haces caso de lo que te dicen.

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