lunes, 7 de abril de 2014

Capítulo 16

Suena el ruido de mi despertador. Alzo la mano para alcanzarlo y no lo encuentro, sin embargo sí que encuentro el suelo, porque me caigo encima de él. Ahogo un gemido y me levanto de un salto para mirar la hora. Son las siete y media, genial, se me ha olvidado apagar el despertador. Oh no, espera, quería levantarme temprano para ir a correr. Sí, a partir de ahora voy a empezar a hacer ejercicio porque noto que no estoy en forma y necesito algo si alguien entra en casa o quiere secuestrarme (cosa que puede pasar). No me siento segura últimamente y quiero ser capaz de protegerme a mí misma, aunque sea solo corriendo.
Me enfundo con unas mayas, una camiseta de tirantes, las zapatillas de deporte y una chaqueta. Me recojo el pelo en una coleta alta y me pongo los cascos para escuchar la música de mi móvil.
Bajo las escaleras y escribo una nota para pegarla en el cristal de la entrada;
He salido a correr.
-Cali-
Es por si se han despertado y no me encuentran por casa, pero por lo tarde que se levantan los fines de semana, llegaré antes de que ellos noten mi ausencia.
En fin, cojo las llaves y salgo por la puerta sin hacer ruido. En la calle se respira el frío y me enfado por no acordarme de coger otra chaqueta o ponerme una camisa de manga larga. Empiezo a correr cuando llego a la calle, la mejor forma de entrar en calor es hacer ejercicio. Por suerte en la calle no hay nadie, odio que la gente me vea correr, me da vergüenza. Mientras tanto empiezo a pensar qué voy a ponerme, ni si quera sé a qué hora empieza la fiesta o cuándo me va a venir a buscar Connor, será mejor que cuando llegue a casa mandarle un mensaje o llamarlo.
Anoche después de que se marchase Luke, todos también lo hicieron y me dejaron encima de la mesa un regalo: una máscara de color negro con bordados en dorados. Es una suerte, porque yo no tenía máscara para ponérmela hoy. No me dio tiempo a darles las gracias porque ya estaban muy lejos. Después llegaron Chris y Elena al mismo tiempo, resulta que habían ido a ver lugares para celebrar la comida de su boda, nada más que vamos a ir los tres porque a Chris no le queda familia (solo yo) y a Elena tampoco.
Cuando miro a mi alrededor, ya cansada de tanto correr, me doy cuenta de que estoy en la boca del bosque. Es una zona que está hecha para correr así que entro porque no sé por dónde más ir. Además, una fuerza me indica que vaya por ese sitio. El boque está helado, se nota que ya estamos en invierno, espero que nieve pronto porque llevo sin ver nieve prácticamente desde que me fui. Adoro la nieve, en serio. No hay nadie en el camino, hay bancos y también papeleras llenas de bolsas y papeles. Es casi como un parque… cuando miro enfrente de mí hay algo que me llama la atención; el camino de tierra se ha acabado ya, pero lo más extraño es que hay unas piedras con formas delante de mí.
Me acerco despacio y me quito ambos cascos para tener todos los sentidos alerta. No, lo que hay delante de mí no hay piedras, sino lápidas. Una niebla empieza a formarse a mis pies y me acerco lentamente a las tres lápidas que están juntas.
Me arrodillo enfrente de la que está en medio, está llena de hojas secas y ramas. Las aparto con las manos ignorando los bichos que hay entre ellas. Cuando empiezo a leer los nombres que están escritas, me caigo hacia atrás gritando. Es mi nombre. Mi nombre está escrito en una lápida.
Aquí yace Calina Berry, hija de Adam y Anissa Berry.
1997-2014
“Ni el fuego puede compararse contigo, amiga mía”
Cuando veo a las otras dos lápidas veo los nombres escritos de mis padres. Quiere decir que estoy muerta.

Me despierto con el grito más aterrador que he sido capaz de formular nunca, noto como mi garganta se rompe y siento una punzada de dolor en la cabeza ahí donde me di ayer un golpe. Ha sido un sueño. Solo un sueño.
Miro a mi alrededor para darme cuenta de que estoy sola, pero en una habitación muy diferente a la mía. Es de día y cuando miro a un lado veo que son las siete de la mañana. El cuarto es blanco y marrón. El suelo, las paredes y los muebles son tan blancos que hacen daño a la vista, sin embargo hay otros muebles, las puertas del armario y otras dos que hay son marrones, junto con las sábanas de la cama gigantesca en la que estoy ahora mismo. Me las quito de encima y suelto un suspiro de alivio al darme cuenta de que aún llevo la ropa de ayer. La verdad, no me acuerdo qué ocurrió ayer, es como si alguien me hubiese borrado la memoria por completo.
Me intento poner de pie y después de cuatro o cinco intentos (tengo los reflejos muy males hoy) lo consigo. Sé que ayer fuimos a un local y después de ver a las sombras, entré en el baño para seguirlas, ahí es donde lo tengo todo confuso, muchas imágenes juntas pero ninguna clara. Abro la puerta que está enfrente de la cama y descubro que es el baño, aunque apesto a sudor no pienso ducharme hasta que averigüe en dónde me he metido.
Abro la otra puerta, delante de mí hay un pasillo corto con otras cuatro o cinco puertas. Delante del todo está el salón, o eso es lo que creo, solamente veo un conjunto de sofás alrededor de una televisión y cuando me acerco cojeando, me quedo pillada en la puerta al escuchar las voces.
-Debería haberse levantado ya.-dice Luke insistente, no puedo verlo pero por su voz sé que está tenso-.Tenemos que despertarla, alguien se estará preguntando en dónde está.
-No. Ayer llamé a su tío y le dije que se iba a quedar en mi casa a dormir para celebrar su cumpleaños. Una fiesta de chicas.
Esa era la voz de Aubery.
-No vamos a hacer nada hasta que esté bien.-replica una voz que no sé de quién es-.Va a estar muy asustada cuando se entere de todo y creedme, se lo vamos a contar hasta el más mínimo detalle.
-¿Estás seguro? No sé yo, pero a mí me costó tiempo entenderlo y eso que yo no tengo todo ese peso sobre mí.
Ese era Connor. Su voz expresa duda y parece cansado. Quiero salir y preguntar qué están haciendo, por qué estoy ahí o a qué se refieren. Estoy harta de que la gente hable de mí a mis espaldas, aunque ellos piensan que estoy dormida.
Otra vez vuelve a hablar la voz desconocida:
-Tiene que saberlo, tú mismo lo oíste Luke: solamente hasta la luna llena. Falta casi menos de un mes, ¿crees que será bueno que haga las cosas sin saber?
-¿Por qué la primera luna del año?-pregunta Nate.
-No es por eso, sino porque es la primera luna llena de invierno. La más fría y por lo general la más poderosa, por eso. No es nada del otro mundo, pero si “ellas” quieren esa fecha será por algo.
-Pues vaya royo.-exclama Aubery.
Me he cansado. Salgo de mi escondite esta vez rezando por no cojear y parecer una estúpida. Cuando todo el mundo me ve ahogan un grito. Esta sala es como un loft, el salón se separa de la cocina por una barra en donde están ellos apoyados y sentados en unos taburetes altos.
-¿Qué es lo que tengo que saber?-pregunto cruzándome de brazos. Estoy a pocos metros de ellos, no quiero acercarme por miedo, supongo.
Aubery salta gritando e alegría y se acerca a abrazarme con los brazos extendidos, pero yo me alejo dando otro paso atrás. Por suerte tengo la puerta justo detrás por si me da por huir.
-Aubery estate quieta.-le dice la persona que no conozco. Es alto y con unas facciones duras y marcadas. Tiene barba de tres días y unos ojos azules. Su pelo es negro y su tez aceitunada. No hace falta que nos presentes, porque él es el famoso hermano de Luke del que he oído hablar de pasada.
-Tú no eres mi jefe, por suerte.-le replica Aubery. Lleva otra ropa, una camiseta ancha que le llega hasta la mitad del muslo y ya está. De hecho, soy la única que va vestida con la misma ropa y parece haber dormido en un cubo de basura.
Pongo los brazos en jarra, intentando imitar a las chicas seguras de la televisión que no se dejan intimidar, espero que me salga bien.
-¿Me vais a decir que está pasando? Porque puedo coger esta puerta y escaparme ahora mismo para llamar a la policía.
Nate suelta una risotada de pasada.
-Sí, seguro que llegarías muy lejos.
Lo fulmino con los ojos. Si las miradas matases él ya estaría cayendo redondo al suelo.
El hermano de Luke rodea la barra con los brazos extendidos a ambos lados de su cuerpo más que musculoso. Su cara parece amigable, porque o para de sonreír, pero no tiene la pinta de que en realidad él sea así. Me recuerda mucho a su hermano, salvo que Luke da la sensación de ser mucho más reservado, como si ocultase algo.
-No somos tus enemigos, Cali.
-Pero tampoco mis amigos.-le replico tajante-.Tenéis dos minutos antes de que empiece a gritar.
Todo el mundo se queda callado. Connor se rasca detrás de la oreja y se acerca al frigorífico a coger algo de comer y suena el estruendo de la botella de leche al romperse cunado choca contra el suelo. El hermano de Luke lo fulmina con los ojos también y señala el vidrio roto.
-Recógelo.-se cantea hacia mí-.Me llamo Caden Hamilton, pero creo que no es eso lo que quieres saber.
-Un minuto.-le digo a cambio.
Parece ponerse tenso y pone sus manos suplicantes sobre sus labios y sopla ligeramente. Lo estoy poniendo nervioso.
-¿Has escuchado alguna historia sobre vampiros, brujos u hombres lobos?
Arqueos las cejas.
-¿Esas son preguntas?-grita Connor desde el suelo-.Ahora todas las películas son de hombres fuertes que esconden ser algo sobrenatural…¡Me cago en la leche! Me he cortado.
-Bueno, pues esas historias son ciertas.-termina Caden como si Connor ni siquiera existiera.
¿En serio? Suelto un suspiro y me canteo.
-De acuerdo, se han pasado vuestros minutos.-empiezo a caminar hacia la puerta y cuando tengo las manos sobre el pomo de esta, unas manos fuertes se aferran a las mías y hacen que de unos pasos de retroceso. Luke está entre la puerta y yo y no me va a dejar pasar.
>> ¿Cómo has llegado aquí si estabas al otro lado de la sala?-balbuceo a media voz. Es cierto, ni aunque hubiese venido corriendo me habría alcanzado tan rápido.
-Te lo estamos explicando, pero tú no atiendes a razones.
Ahogo un grito más que nada porque ahora me da miedo hacerlo. Me canteo para ver a los demás que tienen el semblante sombrío y cansado. Ahora creo que no están de broma.
-¿Me estáis tomando el pelo? Porque i esto es una secta secreta de NO CALI podríais decírmelo ahora y no me enfadaré. No mucho.
Aubery da un paso adelante y niega con la cabeza.
-Es cierto. Te lo puedo jurar por lo que tú más quieras. Solo pretendemos ayudarte.
¿Ayudarme? Llegáis tarde. Ahora recuerdo todo lo sucedido anoche: las sombras me alcanzaron y me hicieron la herida de mi cabeza, por eso me desmayé anoche y me he despertado aquí. Luke me trajo en brazos y ellos condujeron mi coche. Ignoro ese último pensamiento, porque no quiero pensar que no he podido aguantar mi coche estable más que diez horas.
-Es mejor que te sientes.-me dice Nate amablemente-.Esto no sienta nada bien la primera vez que lo oyes, te lo aseguro.
-No quiero sentarme, solo quiero que me digáis qué hago aquí, el por qué y qué narices está pasando.
Caden asiente despacio y suspira muy fuerte para expresar su exasperación. A veces pudo ser insoportable, estoy de acuerdo, pero no puedo evitar ponerme arisca cuando nada más que recuerdo que anoche perdí la consciencia en el local Neón.
-Un momento, ayer un muchacho estaba asombrado porque yo no sabía el motivo de la pintura de mi nuca.-me toco la nuca despacio-.Pero seguramente vosotros sí, ¿verdad?
-El local Neón es un sitio muy visitado a la hora de las fiestas.-me dice Luke-.Allí se junta mucha gente y tenemos que aprender a diferenciar unas clases de otras.
-Pero Aubery y yo teníamos el mismo símbolo. Sim embargo los demás no, uno un punto, otro el símbolo del local y una mano…
-Brujos, vampiros, hombres lobo y humanos. Creas o no esta ciudad tiene la mayor de población sobrenatural que hayamos visto nunca Cali. Y lo creas también o no, no es como las películas, no nos odiamos unos a los otros. No la mayoría de las veces.
-Solo  a los vampiros gilipollas que se creen el centro del universo.-coincide Connor-.Como los Calton.
Ahora me parece muy buena idea eso de sentarme.
-También hay cazadores, es como la policía en nuestro mundo.-dice Nate-.Ellos se encargan de hacernos cumplir las normas como no matar a alguien, ni convertirlo en lobo o no utilizarlo para hechizos…
Mi respiración empieza a alterarse cuando llego al sofá y empiezo a mirar al suelo porque me veo incapaz de mirar a ninguno de los presentes.
-Dejando eso de lado, ¿qué mierda hago yo en todo este embrollo?-pregunto alterada. Me estoy cabreando, no sé si porque me duele recibir esta verdad impactante o más bien (y la parte más razonable) sabe que le están tomando el pelo y quiere irse de aquí lo antes posible. Ellos parecen muy convencidos de lo que dicen, no parecen reírse o guiñarse los ojos. Ni siquiera unas miradas de culpabilidad.
-Porque eres una bruja Cali.-me dice Luke-.Siempre lo has sido, aunque pareces olvidarlo.

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