Suena el ruido de mi despertador. Alzo la mano para
alcanzarlo y no lo encuentro, sin embargo sí que encuentro el suelo, porque me
caigo encima de él. Ahogo un gemido y me levanto de un salto para mirar la
hora. Son las siete y media, genial, se me ha olvidado apagar el despertador.
Oh no, espera, quería levantarme temprano para ir a correr. Sí, a partir de
ahora voy a empezar a hacer ejercicio porque noto que no estoy en forma y
necesito algo si alguien entra en casa o quiere secuestrarme (cosa que puede
pasar). No me siento segura últimamente y quiero ser capaz de protegerme a mí
misma, aunque sea solo corriendo.
Me enfundo con unas mayas, una camiseta de tirantes,
las zapatillas de deporte y una chaqueta. Me recojo el pelo en una coleta alta
y me pongo los cascos para escuchar la música de mi móvil.
Bajo las escaleras y escribo una nota para pegarla en
el cristal de la entrada;
He salido a correr.
-Cali-
Es por si se han despertado y no me encuentran por
casa, pero por lo tarde que se levantan los fines de semana, llegaré antes de
que ellos noten mi ausencia.
En fin, cojo las llaves y salgo por la puerta sin
hacer ruido. En la calle se respira el frío y me enfado por no acordarme de
coger otra chaqueta o ponerme una camisa de manga larga. Empiezo a correr
cuando llego a la calle, la mejor forma de entrar en calor es hacer ejercicio.
Por suerte en la calle no hay nadie, odio que la gente me vea correr, me da
vergüenza. Mientras tanto empiezo a pensar qué voy a ponerme, ni si quera sé a
qué hora empieza la fiesta o cuándo me va a venir a buscar Connor, será mejor
que cuando llegue a casa mandarle un mensaje o llamarlo.
Anoche después de que se marchase Luke, todos también
lo hicieron y me dejaron encima de la mesa un regalo: una máscara de color
negro con bordados en dorados. Es una suerte, porque yo no tenía máscara para
ponérmela hoy. No me dio tiempo a darles las gracias porque ya estaban muy
lejos. Después llegaron Chris y Elena al mismo tiempo, resulta que habían ido a
ver lugares para celebrar la comida de su boda, nada más que vamos a ir los
tres porque a Chris no le queda familia (solo yo) y a Elena tampoco.
Cuando miro a mi alrededor, ya cansada de tanto
correr, me doy cuenta de que estoy en la boca del bosque. Es una zona que está
hecha para correr así que entro porque no sé por dónde más ir. Además, una
fuerza me indica que vaya por ese sitio. El boque está helado, se nota que ya
estamos en invierno, espero que nieve pronto porque llevo sin ver nieve
prácticamente desde que me fui. Adoro la nieve, en serio. No hay nadie en el
camino, hay bancos y también papeleras llenas de bolsas y papeles. Es casi como
un parque… cuando miro enfrente de mí hay algo que me llama la atención; el
camino de tierra se ha acabado ya, pero lo más extraño es que hay unas piedras
con formas delante de mí.
Me acerco despacio y me quito ambos cascos para tener
todos los sentidos alerta. No, lo que hay delante de mí no hay piedras, sino
lápidas. Una niebla empieza a formarse a mis pies y me acerco lentamente a las
tres lápidas que están juntas.
Me arrodillo enfrente de la que está en medio, está
llena de hojas secas y ramas. Las aparto con las manos ignorando los bichos que
hay entre ellas. Cuando empiezo a leer los nombres que están escritas, me caigo
hacia atrás gritando. Es mi nombre. Mi nombre está escrito en una lápida.
Aquí yace Calina Berry, hija de
Adam y Anissa Berry.
1997-2014
“Ni el fuego puede compararse
contigo, amiga mía”
Cuando veo a las otras dos lápidas veo los nombres
escritos de mis padres. Quiere decir que estoy muerta.
Me despierto con el grito más aterrador que he sido
capaz de formular nunca, noto como mi garganta se rompe y siento una punzada de
dolor en la cabeza ahí donde me di ayer un golpe. Ha sido un sueño. Solo un
sueño.
Miro a mi alrededor para darme cuenta de que estoy
sola, pero en una habitación muy diferente a la mía. Es de día y cuando miro a
un lado veo que son las siete de la mañana. El cuarto es blanco y marrón. El
suelo, las paredes y los muebles son tan blancos que hacen daño a la vista, sin
embargo hay otros muebles, las puertas del armario y otras dos que hay son
marrones, junto con las sábanas de la cama gigantesca en la que estoy ahora
mismo. Me las quito de encima y suelto un suspiro de alivio al darme cuenta de
que aún llevo la ropa de ayer. La verdad, no me acuerdo qué ocurrió ayer, es
como si alguien me hubiese borrado la memoria por completo.
Me intento poner de pie y después de cuatro o cinco
intentos (tengo los reflejos muy males hoy) lo consigo. Sé que ayer fuimos a un
local y después de ver a las sombras, entré en el baño para seguirlas, ahí es
donde lo tengo todo confuso, muchas imágenes juntas pero ninguna clara. Abro la
puerta que está enfrente de la cama y descubro que es el baño, aunque apesto a
sudor no pienso ducharme hasta que averigüe en dónde me he metido.
Abro la otra puerta, delante de mí hay un pasillo
corto con otras cuatro o cinco puertas. Delante del todo está el salón, o eso
es lo que creo, solamente veo un conjunto de sofás alrededor de una televisión
y cuando me acerco cojeando, me quedo pillada en la puerta al escuchar las
voces.
-Debería haberse levantado ya.-dice Luke insistente,
no puedo verlo pero por su voz sé que está tenso-.Tenemos que despertarla,
alguien se estará preguntando en dónde está.
-No. Ayer llamé a su tío y le dije que se iba a quedar
en mi casa a dormir para celebrar su cumpleaños. Una fiesta de chicas.
Esa era la voz de Aubery.
-No vamos a hacer nada hasta que esté bien.-replica
una voz que no sé de quién es-.Va a estar muy asustada cuando se entere de todo
y creedme, se lo vamos a contar hasta el más mínimo detalle.
-¿Estás seguro? No sé yo, pero a mí me costó tiempo
entenderlo y eso que yo no tengo todo ese peso sobre mí.
Ese era Connor. Su voz expresa duda y parece cansado.
Quiero salir y preguntar qué están haciendo, por qué estoy ahí o a qué se
refieren. Estoy harta de que la gente hable de mí a mis espaldas, aunque ellos
piensan que estoy dormida.
Otra vez vuelve a hablar la voz desconocida:
-Tiene que saberlo, tú mismo lo oíste Luke: solamente
hasta la luna llena. Falta casi menos de un mes, ¿crees que será bueno que haga
las cosas sin saber?
-¿Por qué la primera luna del año?-pregunta Nate.
-No es por eso, sino porque es la primera luna llena
de invierno. La más fría y por lo general la más poderosa, por eso. No es nada
del otro mundo, pero si “ellas” quieren esa fecha será por algo.
-Pues vaya royo.-exclama Aubery.
Me he cansado. Salgo de mi escondite esta vez rezando
por no cojear y parecer una estúpida. Cuando todo el mundo me ve ahogan un
grito. Esta sala es como un loft, el salón se separa de la cocina por una barra
en donde están ellos apoyados y sentados en unos taburetes altos.
-¿Qué es lo que tengo que saber?-pregunto cruzándome
de brazos. Estoy a pocos metros de ellos, no quiero acercarme por miedo,
supongo.
Aubery salta gritando e alegría y se acerca a
abrazarme con los brazos extendidos, pero yo me alejo dando otro paso atrás.
Por suerte tengo la puerta justo detrás por si me da por huir.
-Aubery estate quieta.-le dice la persona que no
conozco. Es alto y con unas facciones duras y marcadas. Tiene barba de tres
días y unos ojos azules. Su pelo es negro y su tez aceitunada. No hace falta
que nos presentes, porque él es el famoso hermano de Luke del que he oído
hablar de pasada.
-Tú no eres mi jefe, por suerte.-le replica Aubery.
Lleva otra ropa, una camiseta ancha que le llega hasta la mitad del muslo y ya
está. De hecho, soy la única que va vestida con la misma ropa y parece haber
dormido en un cubo de basura.
Pongo los brazos en jarra, intentando imitar a las
chicas seguras de la televisión que no se dejan intimidar, espero que me salga
bien.
-¿Me vais a decir que está pasando? Porque puedo coger
esta puerta y escaparme ahora mismo para llamar a la policía.
Nate suelta una risotada de pasada.
-Sí, seguro que llegarías muy lejos.
Lo fulmino con los ojos. Si las miradas matases él ya
estaría cayendo redondo al suelo.
El hermano de Luke rodea la barra con los brazos
extendidos a ambos lados de su cuerpo más que musculoso. Su cara parece
amigable, porque o para de sonreír, pero no tiene la pinta de que en realidad
él sea así. Me recuerda mucho a su hermano, salvo que Luke da la sensación de
ser mucho más reservado, como si ocultase algo.
-No somos tus enemigos, Cali.
-Pero tampoco mis amigos.-le replico tajante-.Tenéis
dos minutos antes de que empiece a gritar.
Todo el mundo se queda callado. Connor se rasca detrás
de la oreja y se acerca al frigorífico a coger algo de comer y suena el
estruendo de la botella de leche al romperse cunado choca contra el suelo. El
hermano de Luke lo fulmina con los ojos también y señala el vidrio roto.
-Recógelo.-se cantea hacia mí-.Me llamo Caden
Hamilton, pero creo que no es eso lo que quieres saber.
-Un minuto.-le digo a cambio.
Parece ponerse tenso y pone sus manos suplicantes
sobre sus labios y sopla ligeramente. Lo estoy poniendo nervioso.
-¿Has escuchado alguna historia sobre vampiros, brujos
u hombres lobos?
Arqueos las cejas.
-¿Esas son preguntas?-grita Connor desde el
suelo-.Ahora todas las películas son de hombres fuertes que esconden ser algo
sobrenatural…¡Me cago en la leche! Me he cortado.
-Bueno, pues esas historias son ciertas.-termina Caden
como si Connor ni siquiera existiera.
¿En serio? Suelto un suspiro y me canteo.
-De acuerdo, se han pasado vuestros minutos.-empiezo a
caminar hacia la puerta y cuando tengo las manos sobre el pomo de esta, unas
manos fuertes se aferran a las mías y hacen que de unos pasos de retroceso.
Luke está entre la puerta y yo y no me va a dejar pasar.
>> ¿Cómo has llegado aquí si estabas al otro
lado de la sala?-balbuceo a media voz. Es cierto, ni aunque hubiese venido
corriendo me habría alcanzado tan rápido.
-Te lo estamos explicando, pero tú no atiendes a
razones.
Ahogo un grito más que nada porque ahora me da miedo
hacerlo. Me canteo para ver a los demás que tienen el semblante sombrío y
cansado. Ahora creo que no están de broma.
-¿Me estáis tomando el pelo? Porque i esto es una
secta secreta de NO CALI podríais decírmelo ahora y no me enfadaré. No mucho.
Aubery da un paso adelante y niega con la cabeza.
-Es cierto. Te lo puedo jurar por lo que tú más
quieras. Solo pretendemos ayudarte.
¿Ayudarme? Llegáis tarde. Ahora recuerdo todo lo
sucedido anoche: las sombras me alcanzaron y me hicieron la herida de mi
cabeza, por eso me desmayé anoche y me he despertado aquí. Luke me trajo en
brazos y ellos condujeron mi coche. Ignoro ese último pensamiento, porque no
quiero pensar que no he podido aguantar mi coche estable más que diez horas.
-Es mejor que te sientes.-me dice Nate
amablemente-.Esto no sienta nada bien la primera vez que lo oyes, te lo
aseguro.
-No quiero sentarme, solo quiero que me digáis qué
hago aquí, el por qué y qué narices está pasando.
Caden asiente despacio y suspira muy fuerte para
expresar su exasperación. A veces pudo ser insoportable, estoy de acuerdo, pero
no puedo evitar ponerme arisca cuando nada más que recuerdo que anoche perdí la
consciencia en el local Neón.
-Un momento, ayer un muchacho estaba asombrado porque
yo no sabía el motivo de la pintura de mi nuca.-me toco la nuca despacio-.Pero
seguramente vosotros sí, ¿verdad?
-El local Neón es un sitio muy visitado a la hora de
las fiestas.-me dice Luke-.Allí se junta mucha gente y tenemos que aprender a
diferenciar unas clases de otras.
-Pero Aubery y yo teníamos el mismo símbolo. Sim
embargo los demás no, uno un punto, otro el símbolo del local y una mano…
-Brujos, vampiros, hombres lobo y humanos. Creas o no
esta ciudad tiene la mayor de población sobrenatural que hayamos visto nunca
Cali. Y lo creas también o no, no es como las películas, no nos odiamos unos a
los otros. No la mayoría de las veces.
-Solo a los
vampiros gilipollas que se creen el centro del universo.-coincide Connor-.Como
los Calton.
Ahora me parece muy buena idea eso de sentarme.
-También hay cazadores, es como la policía en nuestro
mundo.-dice Nate-.Ellos se encargan de hacernos cumplir las normas como no
matar a alguien, ni convertirlo en lobo o no utilizarlo para hechizos…
Mi respiración empieza a alterarse cuando llego al
sofá y empiezo a mirar al suelo porque me veo incapaz de mirar a ninguno de los
presentes.
-Dejando eso de lado, ¿qué mierda hago yo en todo este
embrollo?-pregunto alterada. Me estoy cabreando, no sé si porque me duele
recibir esta verdad impactante o más bien (y la parte más razonable) sabe que
le están tomando el pelo y quiere irse de aquí lo antes posible. Ellos parecen
muy convencidos de lo que dicen, no parecen reírse o guiñarse los ojos. Ni
siquiera unas miradas de culpabilidad.
-Porque eres una bruja Cali.-me dice Luke-.Siempre lo
has sido, aunque pareces olvidarlo.
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