martes, 29 de abril de 2014

Capítulo 22

De vuelta al piso de Caden en donde todos nos esperan para la hora de comer, les contamos lo que Jessy nos ha dicho y que no pensamos volver a ir. Es una muchacha que me ha sacado de quicio con sus insinuaciones y su forma de hablar, pero ha sido de gran ayuda.
Por otro lado, ya sabemos que Elena usó un conjuro de sangre que según me ha ido contando Aubery es que te haces un corte en el antebrazo e invocas a los espíritus, pero como eran tres solamente ha funcionado a medias. Algo ha tenido que fallar para que no se hayan consolidado del todo.
-Por eso quieren esperar a la luna llena de enero.-digo de repente. Estoy sentada en uno de los taburetes comiendo espaguetis. Tanto misterio al final ha conseguido abrir mi apetito-.Puede que la luna llena de este mes sea la más poderosa porque es la primera, necesitan más poder para poder volver completamente.
Todos parecen estar de acuerdo, aunque Luke no mucho.
-Si eso es así, ¿por qué te necesitan a ti en vez de a Elena?
-¿No es lógico? Elena se ha fugado porque ha echado a perder todo el plan.-dice Aubery que no para de retorcer el tenedor.
Nate carraspea.
-O porque como la luna llena es más poderosa, necesita a alguien más poderosa.
En eso estoy de acuerdo.
-Pero yo no soy poderosa, el fuego se me sale por las orejas, no sé cómo controlarlo.
-Buena definición.-coincide Connor.
Empiezo a mirar por la ventana. Estamos a veintitrés de diciembre, tenemos poco tiempo para que se acerque la luna llena, que es el ocho de enero. No, no me creo que pronto se acabe el año y no lo celebre con mi familia, ya no tengo a nadie aquí.
-Tenemos tiempo de adelantarnos, por ahora tenemos que idear un plan para tenerlo todo controlado.-Caden se pone en pie y echa su plato en el fregadero con un sonido metálico. Se da la vuelta y apoya sus manos en la encimera para mirarnos a todos.
Todos asentimos.
-Lo que no me ha quedado muy claro es por qué se enfadaron con Elena si ella fue la que las despertó.-inquiero echando a un lado el plato para poyar los codos en la mesa. Todavía nos faltan detalles.
-Pues a lo mejor la querían muerta porque ya no es necesaria.-dice Luke-.Es un peón en todo este juego, y tú eres el objetivo final.
-En ese caso-Caden vuelve los ojos a mí-, tenemos que prepararte para que no consigan cogerte.

Después de comer hemos colocado todas las cosas del salón en las esquinas más alejadas para que no puedan sufrir daño alguno. ¿Qué por qué? Bueno, pues a lo que Caden se refería con prepararme era a eso: a aprender a luchar tanto física como psicológicamente, ya que así puedo controlar el tema del fuego.
Al principio no me ha hecho ni pizca de gracia, ya que estoy tan cansada que pretendía dormir en lo que ahora tengo que llamar “mi cuarto nuevo” ya que voy a vivir en esta casa con Caden y Luke (no me hace mucha gracia, pero es lo que hay). Como tengo aquí la maleta he podido cambiarme de ropa para ponerme algo más cómodo y así no tener que romperme la ropa: una camisera de tirantes y unos pantalones de chándal. No sé por qué será que aquí no hace frío.
Delante de mí ahora solamente está Caden, que está en posición de ataque. Los demás se han marchado y solamente estamos nosotros dos, no me hace tampoco mucha gracia porque lo conozco desde hace ¿un día? Es muy poco tiempo para que ya nos estemos dando de leches.
-Atiende.-me dice llamando mi atención. Como siempre, me he quedado en mi mundo-.Ahora lo que tienes que darte cuenta es que soy más grande que tú, lo cual es una desventaja para ti.
-¿No me digas?-estoy tan cansada que no paro de decir estupideces.
Caden me ignora, pero sé que lo ha escuchado. Es un licántropo.
-Pues entonces date cuenta de mi punto débil ¿vale? Tú eres pequeña, tienes la ventaja de ser más rápida.
Carraspeo.
-No, porque eres un hombre lobo lo cual te hace a ti más rápido que a un hombre grandote. Lo cual te hace más rápido que yo.
-¡Eres una bruja por el amor de Dios!-exclama. Si esto sigue así lo voy a sacar de quicio y ya no existirá más Calina Berry-.Ahora ven y atácame, que así veré cómo te las apañas.
Eso hago. Intento descargar toda mi ira en él, asestándole una patada en el costado, él no lo ve venir pero aun así no le consigo hacer daño. Caigo al suelo de culo y con una mueca de dolor.
-Lo bueno es que eres rápida.
-Lo malo es que no soy fuerte.-refunfuño.
Caden me ayuda a ponerme en pie dándome la mano. Por si acaso me he puesto los guantes y le he recomendado que no intente tocarme los brazos ni nada que tenga al aire no vaya a ser que pueda quemarlo, aunque se cure en seguida.
Vuelvo a ponerme en posición de ataque, como las que he visto en las películas, y Caden me imita.
-Vale, ahora voy a mostrarte a qué te enfrentas.-me dice. Se encorva bastante, tanto que casi da con la cabeza en las rodillas.
Al principio no sé a lo que se refiere, pero después de volverse a poner derecho está semi-transformado en ser lobo. sus ojos son de un color verde amarillentos y sus dientes se han vuelto muy alargados, en sus manos tiene garras en vez de uñas y cuando habla, da muchísimo miedo.
Me echo hacia atrás con los ojos como platos. Nunca había visto una cosa como esa y menos a un chico como él transformado en… eso. Me chocó contra la pared y mi pecho empieza a subir y a bajar tan rápido que creo que voy a estallar.
-Te prefiero como antes. Ya sabes, sin…esas pintas.
Caden hace un gesto de sonreír pero casi ni me fijo con sus ojos observándome detenidamente y esa máscara terrorífica en la cara. Entonces él se acerca corriendo y hace el ademán de darme un puño en el estómago, pero me aparto tan rápido como puedo.
 No he sido yo la que se ha movido, sino una fuerza que hace que sienta cosquillas en el estómago. Me dejo llevar por esa corriente eléctrica y mientras Caden empieza a perseguirme para volver a asestarme uno de sus puños, yo me agacho y hago que caiga de bruces contra el suelo. Se cae de espaldas contra la madera y después yo me pongo en pie con aire triunfante.
-No os conocéis de un día y ya andáis peleándoos.-la voz de Luke me coge desprevenida y pego un brinco estropeando mi pose triunfal.
Luke se acerca a nosotros restregándose un ojo debido a que acaba de despertarse, o lo hemos despertado, nunca lo sabré. Va descalzo y solamente lleva sus pantalones vaqueros y una camiseta de manga corta. Me pongo yo más nerviosa que él y aparto la mirada para ver la grieta que se ha formado en el suelo.
-¿Es que los vecinos no van a sospechar de esto?-inquiero, ignorando por completo la presencia de Luke.
Caden se pone en pie con una mano sobre la cabeza y una mueca de dolor.
-¿De dónde ha venido eso?-me pregunta.
Me encojo de hombros.
-No lo sé, aunque creo que tiene que ver que de pequeña estuve apuntada a kárate y a ballet.
-¿Si tiene algo que ver? Te movías como un rayo.
Luke carraspea.
-Di mejor como el fuego.-señala la tarima y entonces veo lo que él: unas huellas de humo como si antes hubiese habido fuego. Yo he hecho esto, cuando estaba llevada por la adrenalina del momento.
Me quedo muda y me acerco a esas huellas de lo que antes eran de fuego. Las toco; aún están calientes. Casi me ahogo con mi saliva.
-Esto se me está descontrolando.-jadeo.
Una mano se apoya en la parte baja de mi espalda, Luke. Él más que nadie sabe que no pueden tocarme cuando pierdo los estribos así que es mejor que no se acerque demasiado a mí. Pero como es Luke Hamilton y hace lo que le sale de las narices, se acerca.
-Será mejor que demos esto por terminado.-me dice en voz baja, como si tuviese miedo de asustarme-. ¿Por qué no te vas a dormir?
No le digo que no.
Les dejo ahí solos, en el salón. Observándome desde las espaldas mientras yo cruzo el pasillo y me meto en el cuarto de invitados, que no es muy chico. Tiene las paredes de ladrillos grises, con una ventana con cortinas hasta el suelo de color blanco enfrente de la puerta. La cama es blanca y está a su derecha, con una mesilla y una lámpara de noche. A mi izquierda, más adelante hay un escritorio y una mesa. Un armario a la derecha, junto a la puerta que da al baño. Aquí todas las habitaciones tienen baño propio.
Ni siquiera me molesto en cambiarme de ropa y me quedo dormida entre sombras en una pesadilla.
-¿Ya sabes qué es lo que vas a hacer?-me pregunta una de las sombras. Por las veces que la escucho hablar creo que es la de los ojos azules y si no me equivoco es el espíritu del agua, Aqua.
Ellas tiene la costumbre de llamarme por mi nombre en latín, Ignis. Pues yo también lo haré, así me ahorro mucho más trabajo.
Estoy en una sala a oscuras, con solamente una ventana casi a la altura del techo tan pequeña que ni yo misma cabría, además está llena de barrotes. Yo me encuentro en una esquina, que es donde la luz de la luna se filtra dejándome a la vista de las sombras, que se camuflan en la oscuridad.
-¿Pensar?-pregunto a media voz-.Os dije que no iba a ayudaros, ahora no vais a poder chantajearme con nada más.
-Oh cariño, ¿no te has dado cuenta? Sí que te podemos chantajear, tú misma lo sabes que ellos no podrán ayudarte en controlar al fuego de tu interior. Solamente nosotras sabemos.
Me trago las ganas de llorar y me pellizco la muñeca para despertarme de este sueño. Parece que una de las sombras se da cuenta y se ríe.
-¿De verdad crees que puedes despertarte? Ignis, Ignis… estamos en tu mente, ahora mismo podríamos hacer que te mataras y tú no podrías hacer nada.
Ahora tengo ganas de vomitar. Esto sí que es una violación de la intimidad. Ellas son las únicas que pueden entrar en mi mente porque, como me dijo Jessy, el fuego me protege del acercamiento de los otros. Claro, ellas son espíritus y son igual de poderosas que yo.
-Pues mejor, muerta no os serviría de nada.-intento sonar dura, y así lo consigo.
-¿Muerta? No, tú has nacido para vivir Ignis, ¿por qué crees que no moriste en el accidente con tus padres?-las últimas palabras las dice con asco, como si escupiera veneno.
-Porque vosotras no me dejasteis morir.-respondo tan segura como puedo.
Las sombras vuelven a reírse.
-¿Nosotras? Intentábamos matarte, por aquel entonces no sabíamos que te íbamos a necesitar. Viviste porque ese es tu destino: vivir. Pero claro, en tu destino no dice que los demás también vivan contigo.
El pecho vuelve a subirme y a bajarme con mucha rapidez.
-¿Por eso le dijisteis a Elena que me trajera aquí, ese era su cometido? Como no pudo controlarme lo suficiente como para no descubrir la verdad intentasteis matarla, para no soltar prenda. No os bastó con hacer que ella os reviviera que además también hicisteis que mi tío se enamorara de ella.
Las sombras vuelven a reírse de nuevo y esta vez, se abalanzan sobre mí haciéndome gritar de dolor. Empiezan a dolerme todas las articulaciones del cuerpo y, como un escudo, el fuego hace que me brillen hasta la punta de los dedos. Las sombras retroceden temerosas y de repente me despierto del sueño empapada de sudor, con la respiración tan agitada que no escucho nada más que ese ruido.
No hay nadie más que yo, tumbada en el suelo. Debe ser que me he caído de tanto retorcerme. Cuando apoyo una mano sobre la mesilla, toco algo que no es madera, sino un papel. En él hay una escritura torcida y muy larga.

Puedes practicar todo lo que quieras, pero no serás capaz de controlarlo. Ahora, tienes solo unos días para pensarte si quieres ayudarnos o prefieres destruir tú a todos tus amigos.

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